MÉXICO.- María Isabel San Agustín narró en exclusiva en «Al aire con Paola Rojas» cómo fue torturada y encarcelada injustamente 10 años en el Penal de Santa Martha Acatitla de la Ciudad de México, por el delito de secuestro.
En entrevista con Paola Rojas, la mujer originaria de Hidalgo contó el momento de su detención y dijo que la presentaron a la alcaldía Milpa Alta, en la Ciudad de México.
“De ahí estando en la delegación Milpa Alta no me decían absolutamente nada, ya me tenían esposada, solamente después de unas horas me sacan ya había cámaras afuera y me dicen que iba a ser trasladada a la Fuerza Antisecuestros”.
Una vez que fue trasladada a la Fuerza Antisecuestros, María Isabel San Agustín fue torturada por judiciales.
“Me bajaron a un cuartito rodeada de hombres, que hoy sé que eran judiciales, inmediatamente me empezaron a preguntar qué en dónde tenía a los secuestrados, pues yo les decía que no sabía de qué me estaban hablando y en entonces en ese momento me empezaron a decir que si quería hablar por las buenas o quería hablar por las malas, pero ya con insultos, con gritos, y pues en ese momento me dio mucho miedo, me puse a llorar y en ese momento empezaron los golpes me dijeron, ‘no va hablar por las buenas, va hablar por las malas’, y entonces empezaron los golpes, primero el cuerpo, los jalones de cabellos y después ya empezaron cosas más duras, hay algo que todavía traigo que es cuando me ponen la bolsa en la cabeza, me tapan la boca sobre la bolsa me hacen una presión por el cuello, me tiran al suelo se me suben encima, el acoso sexual, hay uno de los judiciales que me talla su miembro en la espalda me dice que no saben lo que me pueden hacer entre todos si yo no hablaba”.
María Isabel San Agustín señaló que al momento de hacer su declaración los judiciales ya la tenían hecha nada más para ser firmada.
“Hasta el último momento yo veía que escribían en papelitos en hojas, ellos todo el tiempo querían que les firmará eso y cuando yo decía que no, que no quería, pues ellos agarraban y pues me agarraban de los cabellos y me decían que los iba a firmar, todavía cuando me hacen hacer mi declaración, ya tenían una declaración, ya tenían unos papeles ahí, ya nada eran de que yo los firmara, yo dije que no los quería firmar porque yo necesitaba un abogado, me dicen sí aquí está tu abogada, la abogada estaba durmiendo nunca se presentó conmigo yo solamente la vi durmiendo y en lo que ellos me seguían golpeando la cabeza para que firmara y después me di cuenta que pues era una declaración, una fabricación de delito”.
María Isabel San Agustín dijo que su pareja fue quien la acusó del delito de secuestro.
“Lamentablemente fue mi pareja quien prácticamente me acusó, él tenía otra relación de alguna manera hoy deduzco de que él quería como deshacerse de mí”.
Detalló que cuando fue ingresada al penal su hija la más pequeña tenía dos años de edad y la mayor seis.
“El reencuentro fue muy bonito; nos llenamos de abrazos de besos, algo así como muy apapachador”.
María Isabel San Agustín contó que cuando estaba en prisión tardaba mucho tiempo para ver a sus hijos cuatro hijos y señaló que con la pandemia por COVID-19 tenía prácticamente un año sin verlos.
“Fue muy difícil hablar con ellos, trataba de hablarles casi diario, pero fue muy difícil”.
María de Jesús San Agustín Gabriel, madre de María Isabel San Agustín, narró a Paola Rojas que sintió mucha tristeza cuando no podía ver a su hija y destacó que siempre estuvo al pendiente “nunca la deje sola”.
María Isabel San Agustín señaló que se dio cuenta que existen mujeres inocentes.
“Conocí a muchas mujeres dentro de ese lugar, mujeres que pasaron por lo mismo que yo o aun peor porque hay personas que recibieron hasta toques eléctricos en sus detenciones y me di cuenta que existe muchísima gente inocente”, puntualizó María Isabel San Agustín.
Con información y foto de Noticieros Televisa