Foto: Twitter / @POTUS

‘Guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe lucharse’: Biden a Putin

MUNDO.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió este miércoles a las advertencias de su homólogo ruso, Vladímir Putin, y subrayó que «una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe lucharse». 

Biden acusó a Putin de hacer «amenazas irresponsables sobre el uso de armas nucleares», después de que el líder ruso prometiera proteger a su país «con todos los medios» y que dijera que quienes buscan «chantajear» con armas atómicas deben saber que «la rosa de los vientos puede volverse contra ellos». 

El presidente estadounidense, en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, alertó de «tendencias preocupantes» en el ámbito de la proliferación nuclear, no sólo por Rusia, sino también por las políticas de China, Corea del Norte e Irán.

Putin moviliza a reservistas y EEUU dice tomarse «en serio» su amenaza nuclear

El presidente ruso, Vladimir Putin, movilizó el miércoles a cientos de miles de reservistas para relanzar su ofensiva en Ucrania y amenazó con recurrir al arma atómica, una advertencia que Estados Unidos dijo tomarse «en serio».

En un discurso a la nación, Putin, dijo estar dispuesto a utilizar «todos los medios» de su arsenal frente a Occidente, a quien acusa de «destruir» Rusia. «Esto no es un bluf», recalcó con semblante serio.

Estados Unidos denunció rápidamente una «retórica irresponsable de una potencia nuclear» y aseguró que tomaba esta amenaza «en serio».

La movilización de reservistas fue descrita en Europa como un «signo de debilidad» de Moscú, cuyo ejército se ha visto sacudido por múltiples reveses frente a las fuerzas ucranianas.

La medida marca una nueva escalada en el conflicto, iniciado el 24 de febrero, y al día siguiente del anuncio de Rusia de «referendos» de anexión en cuatro regiones del este y del sur de Ucrania a partir del viernes.

«Solo estamos hablando de una movilización parcial», insistió el presidente ruso en su alocución, señalando que se trata de una medida «urgente y necesaria».

El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, precisó que la orden atañía a 300.000 reservistas en un primer momento.

Tras el anuncio de Putin, las páginas de las compañías aéreas recibieron una avalancha de conexiones y una petición en línea contra la movilización recibió más de 230.000 firmas.

El opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni criticó la decisión, considerando que conducirá a «una enorme tragedia y una enorme cantidad de muertos».

En una entrevista con el canal alemán Bild TV, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que «no cree» que Rusia vaya a usar armas nucleares. «No creo que el mundo deje que eso ocurra», afirmó.

Su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, instó a los países occidentales a «redoblar los esfuerzos para apoyar» a su país y pidió «más sanciones contra Rusia» y «más armas para Ucrania».

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, denunció la «retórica nuclear peligrosa» de Putin y agregó que la alianza transatlántica seguiría «apoyando a Ucrania».

El discurso de Putin de este miércoles también supone una escalada en la retórica contra los países occidentales, a los que acusó de querer «dividir y destruir» Rusia al enviar armamento a Ucrania y de someter a Moscú a un «chantaje nuclear».

Su ministro de Defensa afirmó que Rusia no lucha «tanto contra Ucrania como contra Occidente».

Ante un desgaste de su ofensiva en Ucrania, que pronto entrará en su octavo mes, Putin intenta subir el listón.

Las fuerzas rusas han registrado duros golpes frente a las contraofensivas ucranianas en las regiones de Jersón (sur) y de Járkov (noreste), donde los rusos tuvieron que ceder mucho terreno.Aunque el impacto de una movilización parcial no cambiará mucho la situación en lo inmediato, esta medida supone un giro en el Kremlin, que buscaba preservar a la población rusa de los impactos del conflicto.

Varios dirigentes occidentales estimaron que esta iniciativa era un reflejo de que su ofensiva «está fallando» y la tacharon de un «acto de desesperación».

 El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió sin embargo que «la paz mundial está en peligro».

Incluso China, a la que Moscú quiere acercarse, pidió un «alto el fuego» y el respeto de la «integridad territorial de todos los países», al día siguiente del anuncio de los «referendos» de anexión por Moscú.

El martes, el anuncio de estos «referendos» de anexión en las zonas controladas por Moscú en Ucrania, del 23 al 27 de septiembre, ya supuso un endurecimiento de la situación.

La doctrina militar rusa prevé la posibilidad de recurrir a armas nucleares si los territorios considerados como rusos por Moscú son atacados, lo que podría ser el caso con las zonas anexadas.

Las votaciones tendrán lugar en las regiones de Donetsk y Lugansk, que conforman la cuenca del Donbás (este); y en las zonas ocupadas de Jersón y de Zaporiyia, en el sur.

En el terreno, la movilización podría acarrear una intensificación de la violencia.

Las autoridades ucranianas acusaron a Rusia de haber bombardeado de nuevo el recinto de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, la más grande de Europa.

En Járkov, segunda ciudad de Ucrania, cerca de la frontera rusa, Svetlana, de 63 años, instó a los rusos a hacer caso omiso de la orden y a «despertarse por fin».

Galina, una vecina de 50 años, criticó a los rusos que afirman quererla «liberar». «¿De qué nos quieren liberar? ¿De nuestras casas? ¿De nuestros parientes? ¿De nuestros amigos?», lanzó.

Con información de EFE y AFP

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