Foto: Google Maps

Hasta 2.2 millones de personas en riesgo de hambruna en Gaza: ONU

MUNDO.- La guerra entre Israel y Hamás ha causado ya casi 30.000 muertos en la Franja de Gaza, bombardeada constantemente por el ejército israelí y amenazada de hambruna, pese a las esperanzas de los mediadores de lograr pronto una tregua.

Este miércoles de madrugada, los bombardeos israelíes apuntaron de nuevo contra Zeitun, en el norte del enclave, escenario también de combates callejeros, y contra Jan Yunis y Rafah, en el sur, según un periodista de la AFP en la Franja.

La guerra estalló el 7 de octubre, cuando milicianos de Hamás atacaron el sur de Israel y mataron a cerca de 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en datos israelíes.

También secuestraron a unas 250 personas. De ellas, 130 siguen retenidas en el enclave, incluyendo 31 que estarían fallecidas, según las autoridades israelíes. En noviembre, una tregua de una semana ya permitió que se canjearan más de 100 rehenes por unos 240 palestinos detenidos en Israel.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre sobre Gaza que ya ha matado a 29.954 personas, sobre todo mujeres, adolescentes y menores, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.

Según el Ministerio de Salud gazatí, 76 personas murieron en las últimas 24 horas.
El ejército anunció por su lado la muerte de dos soldados, lo que eleva a 242 los militares israelíes fallecidos desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre.

Tras casi cinco meses de guerra, Estados Unidos y Catar, mediadores en el conflicto junto con Egipto, esperan lograr una tregua antes de que empiece el ramadán, el 10 o el 11 de marzo, que permita liberar a una parte de los 130 rehenes.

Según una fuente próxima a Hamás, un movimiento catalogado como organización terrorista por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, el cese el fuego duraría seis semanas y, cada día, se intercambiaría un rehén por diez palestinos detenido por Israel, indicó la fuente. Además, el movimiento islamista quiere que aumente la ayuda humanitaria destinada a Gaza.

El martes, el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, de visita en París, y el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteraron su voluntad común de alcanzar «muy rápidamente un alto el fuego».

Macron insistió en que la liberación de los rehenes es una «prioridad» absoluta para Francia, en tanto el emir catarí denunció un «genocidio del pueblo palestino» con «desplazamientos forzados» y «bombardeos salvajes».

«Mi esperanza es que tengamos un alto el fuego para el próximo lunes», declaró el lunes el presidente estadounidense, Joe Biden, durante un viaje a Nueva York.

El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, afirmó que veía posible alcanzar un acuerdo antes del fin de semana. «Hoy estamos más cerca que ayer», dijo.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo país acoge a partir de este miércoles una reunión de los ministros de Finanzas del G20 que estará centrada en los conflictos en Ucrania y en la Franja de Gaza, reafirmó el martes que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está cometiendo un «genocidio contra mujeres y niños» palestinos.

Pese a las múltiples advertencias internacionales, el dirigente israelí reiteró su empeño en proseguir con su ofensiva, prometiendo lanzar una operación contra Rafah, una localidad del sur de la Franja donde sobreviven millón y medio de palestinos, muchos llegados desde otros puntos del enclave para refugiarse de los combates, según la ONU.

Según Netanyahu, Rafah constituye el «último bastión» de Hamás y una eventual tregua solo «demoraría» la ofensiva que está determinado a llevar a cabo.

Esta guerra, que transformó Gaza en una «zona de muerte», según Naciones Unidas, es, de lejos, la más mortífera de los cinco conflictos que han enfrentado a Israel contra Hamás.

La ONU calcula que 2,2 millones de personas, es decir, la inmensa mayoría de la población, corre riesgo de hambruna, sobre todo en el norte, adonde no ha llegado ningún convoy con ayuda humanitaria desde el 23 de enero.

En esa zona, «si nada cambia, una hambruna es inminente», advirtió ante el Consejo de Seguridad del a ONU Carl Skau, director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

«No hay nada de comer aquí. Ni siquiera forraje», dijo a la AFP Marwan Awadieh, un habitante del norte de la Franja. «No sabemos cómo podremos sobrevivir».

Con información de AFP

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