MUNDO.- El ejército israelí prosiguió el jueves su operación contra Hamás en Gaza, donde tomó el puerto y permanece desplegado en el principal hospital del territorio, pese a las críticas y la preocupación internacional por los civiles que se hacinan en su interior.
El ejército anunció que tomó el «control operativo» del puerto de la ciudad de Gaza, en el norte del territorio palestino, asegurando que el movimiento islamista Hamás lo utilizaba «como centro de entrenamiento para sus fuerzas de comandos navales a fin de planificar y ejecutar ataques terroristas».
El puerto de Gaza es pequeño y limitado a actividades pesqueras por el bloqueo impuesto por Israel a la Franja de Gaza desde que Hamás tomó el poder en el territorio palestino en 2007.
Las tropas israelíes ya tomaron el parlamento, así como los edificios del gobierno y de la policía militar de Gaza, «vacíos» según Hamás.
El ejército también confirmó el jueves a AFP que sus tropas siguen desplegadas en el recinto del hospital Al Shifa, donde la ONU estima que hay 2.300 personas.
El ministerio de Salud de Hamás afirmó que Israel «destruyó el servicio de radiología» del centro y dañó el de quemados y el de diálisis.
Israel lanzó lo que calificó como una «operación selectiva» el miércoles en este complejo, donde asegura que Hamás -catalogado como organización «terrorista» por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel- tiene una base militar.
El ejército israelí aseguró que allí encontró «municiones, armas y equipos militares» pertenecientes a Hamás, y publicó imágenes de armas, granadas y otros equipos de guerra.
El ministerio de Salud de Hamás rebatió la acusación diciendo que «no se autoriza» la tenencia de armas en hospitales de su red.
AFP no pudo confirmar de manera independiente las afirmaciones de ambos lados.
El 7 de octubre, Hamás lanzó un ataque sorpresa en el sur de Israel en el que murieron unas 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» al movimiento islamista, bombardeando a diario la Franja de Gaza y situándola bajo asedio total.
Esta ofensiva ha matado a más de 11.500 palestinos, incluidos más de 4.700 niños, según el ministerio de Salud de Hamás.
Esta misma fuente indicó que varias decenas de personas murieron en bombardeos israelíes nocturnos en Gaza, incluidos nueve civiles en un ataque contra una gasolinera del campo de refugiados de Nuseirat (centro).
Por primera vez desde el inicio de la guerra, el Consejo de Seguridad de la ONU logró aprobar una resolución para pedir «pausas humanitarias y corredores humanitarios amplios y urgentes» que permitan la llegada de ayuda a la Franja de Gaza.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), 1,65 millones de personas, dos tercios de la población, fueron obligados a huir de sus hogares por el conflicto.
La incursión de las tropas israelíes en el hospital Al Shifa suscitó condenas internacionales y llamados a proteger a los civiles palestinos.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió el jueves una investigación internacional tras las «acusaciones extremadamente graves» de vulneraciones del derecho internacional, «sean quienes sean sus autores».
El presidente estadounidense, Joe Biden, apoyo clave de Israel en su guerra contra Hamás, reclamó a su aliado ser «extremadamente cuidadoso» en esta operación dentro del hospital.
Entretanto las familias de los 240 rehenes tomados por Hamás le exigen al gobierno de Benjamin Netanyahu un acuerdo inmediato para su liberación y el martes iniciaron en Tel Aviv una marcha hasta la oficina del primer ministro en Jerusalén.
Biden afirmó que está «ligeramente esperanzado» de que haya resultado positivo de las negociaciones para su liberación, en las que Catar ejerce de mediador.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reclamó la «liberación inmediata» de los secuestrados durante una visita al kibutz Beeri, donde al menos 85 personas murieron a manos de los combatientes de Hamás y unas treinta fueron secuestradas.
Borrell también pidió a Israel «que no se deje consumir por el odio».
La guerra generó además una situación «potencialmente explosiva» en Cisjordania ocupada, advirtió Volker Türk, con la intensificación de las redadas e incursiones del ejército israelí, que afirma estar respondiendo a un «aumento significativo de los ataques terroristas» desde el 7 de octubre.
Más de 190 palestinos murieron a manos de colonos y soldados israelíes desde ese día. La policía israelí anunció el jueves que mató a tres asaltantes tras un «tiroteo» cerca de un puesto de control de seguridad que une Jerusalén con Cisjordania.
Con información de AFP