OAXACA.- A un año del sismo de 8.2 grados, que afectó gravemente la región del Istmo de Tehuantepec, sigue la reconstrucción.
Según las autoridades, el movimiento del 7 de septiembre dejó, además de 82 muertos, daños en más de 65 mil casas, 282 templos, 13 edificios públicos y 3 mil 041 escuelas.
A la fecha, hay cientos de edificios educativos que no han sido reparados. Es aquí donde destaca la labor de la organización Save the Children, que ha apoyado con aulas temporales.
Aunque estas estructuras tienen una función de hasta tres meses, las aulas temporales montadas en el Istmo se mantienen operando.
En entrevista con Paola Rojas, Nicolás Villa, de Save the Children, dijo que son escuelas muy básicas, montadas con carpas que se usan para los albergues.
Señaló que aunque las condiciones en las que los niños toman clases son adversas, lo importante es que sigan con su educación.
«En total, en la zona, son nueve escuelas que estamos apoyando. (…) Son escuelas temporales. Para nosotros es muy importante que regresen a clases. (Es) como el primer paso hacia la normalidad».
Detalló que con estas aulas temporales se beneficia a una población de tres mil niños y niñas.
Save the Children en otros estados
Nicolás Villa dijo tras los sismos de septiembre del año pasado, la labor de Save the Children se extendió a otros estados.
«Hemos trabajo también en la zona metropolitana sobre todo el sur, las Bombas, Xochimilco los primeros meses y también en los estados de Puebla, Morelos. (…) Hemos ayudado a una población de 140 mil personas».
Noé, quien también es parte de la organización habló sobre cómo inició la instalación de las aulas temporales.
«Una de las tareas que como parte de Save the Children nos dimos, es tratar de hacer un mapeo de todas estas escuelas que están alrededor, para poder ver las condiciones en las que se encuentran. (…) Vimos la importancia de poder apoyar aunque sea en un granito aquí en las actividades del escuela».
Pese a los esfuerzos, las condiciones son adversas
El director de la escuela «Isabel La Católica», Jorge Manuel Castillejos, se refirió al trabajo que han realizado para mantenerse en pie.
«La escuela quedo devastada (…) quedó totalmente en tierra, en suelo por el terremoto nos preocupamos y empezamos a buscar un espacio para atender a nuestros alumnos. (…) Encontramos este espacio».
Detalló que el terreno fue un préstamo de la colonia San Pablo y aunque contaba con algunas instalaciones, comenzaron a acondicionarlo para trabajar con los niños.
«Save the Children se acercó a nosotros ofreciendo su ayuda y pues sin duda que nos han apoyado bastante, (…) prueba de ello están las aulas provisionales y después los baños. Nos han venido a dar talleres a los niños a los maestros, (ese) es el trauma que tenemos (…) hasta el día de hoy no ha dejado de temblar».
Afirmó que por la frecuencia de los sismos que se han registrado a partir del 7 de septiembre, hay muchos niños que no quieren regresar a clases.
«Teníamos una estadística de entre 150 a 170, después del terremoto ahorita oscila nuestra estadística de 110 a 115 es lo que contamos ahorita».
Pese a los esfuerzos, afirma que las condiciones siguen siendo adversas para mantener las actividades pues las aulas no cuentan con paredes; solo tienen techo de lámina y tela que divide los salones.
«Cuando llueve tengo, me veo en la necesidad de suspender las clases. (…) Se hace lodo terriblemente, no podemos estar exponiendo los niños».
Agregó que aunque en un principio se pensó que estas aulas sería una solución temporal, se han convertido en una medida permanente.
«Es lamentable que ocurra esto, ya hemos acudido a las instancias. (…) Nos quedamos con los brazos cruzados porque no sabemos a quien acudir».
El señor Marcelino, quien es padre de un alumno y miembro del Comité, contó que la escuela «Isabel La Católica» tiene historia pues fue construida hace 52 años, por sus abuelos.
Aunque la obra de reconstrucción no ha concluído, afirma que seguirán trabajando.
«Desgraciadamente hasta ahorita no se ha podido concluir con la obra, pero pues estamos trabajando para la escuela».
Las familias totoperas
Como parte de la labor de Save the Children también está el acompañamiento a las familias de los niños que se quedaron sin fuente de sustento. Con el sismo, las mujeres que se dedicaban a hacer los tradicionales totopos de la región perdieron su horno.
Elvira Zacarías, una mujer de 35 años, aprendió esta tradición desde los 15 años, pero el sismo del 7 de septiembre le cambió la vida. Su casa se derrumbó, junto con el horno.
«Se quebró todo, no tenían por donde pegarlo, ya no se podía trabajar, pues, y como no tenemos recurso para repararlo, lo dejé».
Save the children les brindó apoyo, como la reparación del horno, la dotación de insumos como el maíz y el carbón, y una cuota de dos mil 945 pesos mensuales, que otorgarán por diez meses.
«Este dinero sirve para cubrir necesidades básicas, mientras reactivan la economía de sus hogares, y a su vez estamos desarrollando talleres de necesidades básicas para sensibilizar a las familias y que el recurso sea utilizado adecuadamente», dijo María de los Ángeles Camacho, líder de Medios de Vida de Save the Children.
«Ese apoyo me cambió la vida porque el apoyo que nos dieron, con eso me levanté, volví a trabajar lo que trabajaba yo antes, mis hijos gracias a Dios no les falta nada, estamos viviendo bien», contó Elvira.
Lo mismo ocurrió con la señora Ludy Rivera, quien ahora puede continuar enseñándole a su hija esta tradición.
«Le gusta, le gusta a ella, totopear. Nomás que ella hace más el delgado y a mi me gusta hacer del grueso», afirmó.
Este proyecto, financiado por la Unión Europea, pretende reactivar la economía de la zona y devolverles la autonomía a las mujeres del Itsmo.
Trabajan con 135 familias de varias comunidades. Cien de ellas reciben el apoyo para reconstruir sus hornos y otras 35 familias reciben talleres de autoconstrucción.
El propósito de Save the Children es otorgarles las herramientas necesarias para que las familias puedan aprender a sobrevivir.
«Buscamos fortalecer las habilidades de cada una de las familias para que en un futuro, si vuelve a suceder una emergencia (…) tengan herramientas para levantarse nuevamente», dijo Camacho.
Save the Children trabaja para que en el año 2030 ninguna niña y niño menor de cinco años muera por causas prevenibles, reciba una educación básica de calidad y se rechace toda violencia en su contra.
Con información y fotos de Noticieros Televisa