MÉXICO.- La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris visitará el viernes por primera vez la zona fronteriza con México, luego de recibir críticas de los dos partidos por no haber ido a pesar de que encabeza la respuesta del gobierno de Joe Biden a un fuerte incremento en la inmigración.
Harris visitará la zona de El Paso acompañada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo el miércoles su asesora Symone Sanders en un comunicado.
Durante meses la vicepresidenta ha sido objeto de ataques de los republicanos e incluso de críticas en su Partido Demócrata por no haber visitado la zona.
El presidente Joe Biden le encargó la tarea de enfrentar las raíces profundas de la migración desde Centroamérica a Estados Unidos.
A la fecha se ha concentrado principalmente en conversar con gobernantes locales y grupos activistas con el objetivo de mejorar las condiciones económicas y de vida en la región.
Harris ha dicho que su objetivo es ofrecer a los habitantes de Guatemala, El Salvador, Honduras y México esperanza hacia el futuro, para que no se vean obligados a dejar sus países en busca de mejores oportunidades.
Los colaboradores de Harris insisten en que sus gestiones son distintas a los problemas de seguridad que enfrentan las autoridades estadounidenses en su intento por controlar un aumento en los cruces fronterizos. Sin embargo, los republicanos han aprovechado que Harris y Biden no han acudido a la frontera para sostener que el gobierno no se ocupa de la crisis.
Harris visitará la frontera días antes de que lo hagan el expresidente Donald Trump con un grupo de republicanos de la Cámara de Representantes y el gobernador de Texas, Greg Abbot.
Seguramente Trump aprovechará la oportunidad para impulsar las críticas republicanas a los demócratas de que son blandos en el control de la inmigración.
El tema fronterizo ensombreció este mes la primera gira de Harris al exterior, a Guatemala y México, donde se reunió con los presidentes de ambas naciones, así como con funcionarios y activistas locales para examinar posibles soluciones económicas y humanitarias a la emigración desde ambos países.
Durante la gira concedió una entrevista a NBC News, en la que Harris rechazó una pregunta acerca de por qué no había visitado la frontera, respondiendo: «nunca he estado en Europa», y agregó: «no entiendo el punto que usted desea hacer».
Posteriormente, Harris y sus colaboradores de la Casa Blanca tuvieron que defenderse de repetidas preguntas sobre la decisión y las declaraciones de ella. Harris señaló que estaba concentrada en obtener resultados «tangibles» en lugar de realizar «gestos grandiosos», pero dijo que podría visitar la frontera en un futuro cercano.
La vicepresidenta ha dicho que cuando era senadora por California visitó la frontera. De todas formas, hizo énfasis en que, si no se enfrentan las raíces profundas de la inmigración, el problema jamás se resolverá.
Se desconocen los planes de Harris durante su visita a la zona, pero un centro de detención de inmigrantes en El Paso, en el puesto militar de Fort Bliss, ha suscitado críticas de activistas que han descrito las condiciones inseguras del lugar y denuncias de abusos contra algunos de los miles de niños que se encuentran ahí.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el miércoles que la visita forma «parte del esfuerzo coordinado entre su oficina, su trabajo, el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Salud y Servicios Humanos, para continuar abordando las causas y trabajar en forma coordinada con el fin de poner la situación bajo control».
Aunque Psaki subrayó que la seguridad fronteriza es competencia de Mayorkas, señaló que «es importante que todos los componentes de nuestro gobierno estén coordinados» en el asunto.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) registró en mayo más de 180.000 encuentros en la frontera con México, el número más alto desde marzo de 2000.
Esas cifras se incrementaron debido a una prohibición para pedir asilo relacionada con la pandemia, lo que alentó repetidos intentos para cruzar la frontera porque, en caso de detención, no había consecuencias legales. Debido a las cifras, incluso algunos demócratas de centro se sumaron a los republicanos en sus llamados para que Harris visitara la zona.
El representante demócrata Henry Cuellar, cuyo distrito se extiende del sur de San Antonio hacia la frontera sur, escribió una carta a Harris este mes en la que la invitó a «observar la actual crisis humanitaria y compartir la perspectiva de los estadounidenses que viven allí».
«Creo que es crucial que usted se reúna con las partes interesadas y los habitantes, tome en cuenta sus preocupaciones y aproveche las experiencias que han vivido para poner en marcha políticas más efectivas», escribió.
Cuellar emitió el miércoles un tuit en el que agradeció a Harris sus planes para visitar la zona. Sin embargo, el compromiso de Cuellar con el tema pone de relieve el posible peligro político que enfrentan los demócratas con respecto al tema de la inmigración.
Una encuesta de AP-NORC efectuada en abril halló que más estadounidenses desaprueban la forma en que Biden está manejando el fuerte aumento en el número de niños migrantes no acompañados que están llegando a la frontera con México de los que la aprueban.
Y la visita de Trump a la frontera constituye otro indicio de cuán estrechamente el partido continúa alineándose con el exmandatario y el grado en que consideran que los asuntos de la frontera son un tema que gana campañas.
Trump se atribuyó de inmediato el crédito por la visita de Harris, y aseguró que la vicepresidenta no hubiera planeado ir si él no hubiera programado una visita.
Psaki señaló que el gobierno «hizo una valoración interna sobre cuándo era un momento adecuado para que ella fuera a la frontera».
Con información de AP / Foto: Twitter / @VP