MUNDO.- Es una práctica ancestral. Una medicina sagrada que utilizaban los katukinas en el Amazonas de Brasil para curar todo tipo de enfermedades.
Se le conoce como Kambó y es el veneno de una rana amazónica. Recientemente su uso se ha expandido a nivel internacional.
Los chamanes empezaron a replicar este tipo de ceremonias en diferentes ciudades.
Roberto Castorena, facilitador de medicina sagrada, aprendió esta técnica directamente con los indígenas del Jurúa en Brasil.
«Lo primero que se hace es con la pichicha se quema la piel y ahí, la primera capa de piel ahí se aplica el Kambó».
Una vez que se aplica tarda alrededor de cinco minutos en hacer reacción.
«Tiene 37 péptidos activos el Kambó. Se adhieren principalmente a las glándulas. Le limpia el hígado, le limpia el páncreas, le limpia los riñones».
Roberto dice que en media hora se limpia y se purifica el cuerpo, y se trabaja en tres campos: físico, mental-emocional y espiritual.
«Lo que sucede es que el veneno entra a todo tu sistema y es casi, casi como si el veneno te leyera y estuviera midiendo dónde tienes problemas y, pues, básicamente es una súper intoxicación que hace que tu sistema se tenga que resetear», dijo Adrián Alfaro, terapeuta holístico.
Con esta medicina ancestral no hay experiencia sensorial y al terminar, el paciente expulsa toxinas por medio del vómito.
Hace dos años Enrique tuvo un grave problema neurológico, pero dice que el Kambó cambio su vida…
«Al día siguiente que me pusieron el Kambó desperté y desperté sin ningún dolor, realmente cero dolor y ahí fue cuando dije algo pasó y también en la cuestión emocional y mental».
Sin embargo, especialistas afirman que no está científicamente comprobado que las propiedades del veneno de la rana sean curativas.
Con información de Noticieros Televisa / «Al aire con Paola» / Said Ochoa