OAXACA.- La caravana de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, siguió hoy avanzando a través del sureño estado mexicano de Oaxaca con dirección a Estados Unidos, el mismo día en que un nuevo contingente de unas dos mil personas entró a México desde Guatemala.
Esta segunda caravana intentó acceder a México cruzando a pie el río Suchiate, fronterizo con Guatemala, pero agentes de la Policía Federal mexicana lo impidieron y los migrantes permanecieron varados cerca de dos horas con el agua hasta el cuello hasta que accedieron a ingresar ordenadamente a través de una aduana migratoria.
Por este acceso entraron al país mil 895 personas, en su mayoría hondureños, que solicitaron refugio de manera ordenada ante la casilla migratoria y posteriormente fueron trasladados a un albergue del Instituto Nacional de Migración (INM) en el estado de Chiapas.
A su vez, miembros de la caravana de unas siete mil personas que accedió a México el 19 de octubre llegaron este lunes al poblado de Santiago Niltepec, en el estado de Oaxaca, con la intención de alcanzar la frontera estadounidense.
Dependiendo de la ruta que recorran, se encuentran a unos 2.000 kilómetros de su objetivo si entran a Texas desde el estado mexicano de Tamaulipas o a unos 3.500 kilómetros si se dirigen a California desde el estado mexicano de Baja California.
El gobierno estadounidense anunció este lunes que desplegará 5.200 soldados en su frontera con México para impedir la entrada de los migrantes; el presidente Donald Trump les exigió a través de su cuenta en Twitter “que se den la media vuelta y se regresen a su país”.
A pesar de esta amenaza, grupos de migrantes fueron llegando durante el día de hoy a Santiago Niltepec, tras cruzar sin incidentes una estación migratoria, y se disponen a llegar mañana al municipio de Juchitán, después de haber recorrido unos 400 kilómetros desde que cruzaron la frontera desde Guatemala.
Durante este trayecto, volvió a aflorar la solidaridad de muchos mexicanos que entregaron bolsas de alimentos y botellas de agua a los migrantes, a quienes daban mensajes de esperanza o les ofrecían viajes gratuitos en auto.
Las autoridades municipales de Niltepec prepararon ayuda humanitaria para los migrantes agotados, que desbordaron el centro de la población, calles y parques aledaños así como edificios abandonados por los terremotos de septiembre de 2017.
Más de 500 niños de la caravana padecen enfermedades respiratorias y una mujer embarazada perdió a su hijo durante el transcurso de la marcha, según confirmó la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
“Sentimos una ausencia del Estado mexicano en su conjunto, una ausencia de atención humanitaria real. Está siendo insuficiente lo que se está haciendo”, lamentó Arturo Peimbert Calvo, el ombudsman estatal.
Los módulos de atención de la Secretaría de Salud son insuficientes y a las personas que acuden a pedir ayuda con los pies sangrando y llagados solo les lavan la herida y le colocan gasas sin darles ningún analgésico.
“Me pusieron una gasa pero no me dieron ni una pastilla. Dijeron que no me iba a doler, pero no puedo caminar y los pies me están sangrando” dijo Anselmo Santiago, un integrante de la caravana dispuesto a llegar este martes a Juchitán.
La alcaldesa de este municipio, Gloria Sánchez López, informó que se están recogiendo alimentos para los migrantes de la caravana: “Aquí los estamos esperando y les brindaremos todo el apoyo que requieren porque sabemos ser solidarios y recíprocos”.
Estos migrantes rechazaron la propuesta del presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien les ofreció asistencia sanitaria si pedían refugio ante las autoridades migratorias mexicanas sin salir de los sureños estados de Oaxaca y Chiapas.
Redacción / Agencia EFE