Ciudad de México. – Irma Juan Carlos es mujer, es indígena y preside la Comisión de Pueblos Indìgenas; llegar a una curul en la Cámara de Diputados le costó largas horas de caminar a su escuela, conseguir becas, caminar más todavía para que las personas creyeran en ella, no se considera una legisladora “yo soy una hija del pueblo”.
Ataviada con una blusa multicolor bordada a mano explicó a Notimex que busca representar al pueblo y ser esa voz que las comunidades indígenas requieren y que antes no habían podido tener, “antes de que legisladores, muchos se reconocen como ciudadanos, pero yo, soy indígena”, apuntò con el orgullo hacia sus raíces asomando por los ojos.
Tiene una licenciatura en Biología por el Instituto Tecnológico Agropecuario, en San Bartolo Tuxtepec, Oaxaca y una maestría por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en Turrialba, Costa Rica, que además por su condición sólo podía llegar a ser maestra, “si bien me iba” tal y como quería su madre.
Una que sabe lo que es caminar durante horas para llegar a la escuela, que conoce desde las entrañas de los pueblos indígenas sus necesidades reales, que además de superar las barreras de género, superó las de discriminación por ser chinanteca.
“Busco representar al pueblo y ser esa voz que el pueblo nunca había podido tener, antes de que legisladores siempre dicen que son ciudadanos, pero yo soy indígena”.
La legisladora que representará al Distrito 2 en Oaxaca recordó que desde muy niña tuvo que trabajar de manera incansable para acceder a una educación adecuada, buscar diferentes becas aunque fuera para cubrir los gastos de sus pasajes “se supone que el gobierno debe proveer de educación todas las personas sin importar si son indígenas o no, sin embargo esto no es así”.
Añadió que al llegar a la educación superior no tenía esperanzas de estudiar más, ya que sus padres no tenían dinero para ayudarla con sus estudios, aunado a que los gastos se incrementaban al tener que salir de su comunidad y pagar rentas, alimentos, transportes y todos los gastos que conlleva ser estudiante, aún así, con el tiempo y mucho esfuerzo obtuvo una beca para realizar sus estudios de maestría, así que continuó .
“Más que una preparación académica yo tengo una lección de vida, la vida me ha enseñado a luchar, a trabajar por lo que yo quiero, a superar obstáculos, barreras para poder salir adelante”, añadió con la cabeza coronada por un par de negras y brillantes trenzas.
Sus primeras incursiones en el ámbito político fueron a través de movimientos estudiantiles donde la comenzaron a mirar y la invitaron a sumarse a las filas del Partido Revolucionario Democrático apenas comenzaba el siglo XXI.
“En los movimientos estudiantiles yo perdí el miedo, más bien nunca tuve miedo porque yo caminaba para salir de mi pueblo y estudiar, en los movimientos estudiantiles luchábamos por nuestros derechos como jóvenes estudiantes”.
Para la legisladora, incursionar en el ambiente político no fue nada fácil, ya que en el país existe la creencia de que los políticos deben tener dinero para poner caminos y ofrecer beneficios; sin embargo, las personas indígenas no tienen recursos para ello.
“Te dicen que no tienes discurso, que nadie te conoce y se creó una cultura del político en el que el político que llega tiene que dar algo, que está obligado a dar para la comida, para la gasolina, el cemento, varilla, puentes, si no, no puedes ser candidato y un indígena no tiene para esas cosas, lo único que tiene es el deseo de que las cosas cambien”.
A Irma Juan Carlos, lo único que se le ocurrió para cambiar las cosas era levantar la voz, “quizá para otros no signifique lo mismo que para mí significa, lo hago porque de verdad si la sociedad en su conjunto entiende que referirse a los indígenas con términos discriminatorios, es lo que ha contribuido para que nuestros hermanos indígenas se avergüencen de sus raíces”.
Por ello, dijo, que como legisladora buscará impulsar iniciativas que representen las necesidades de las personas indígenas, para que sean consultados y que puedan participar en la implementación de proyectos que tienen que ver con sus recursos y territorios.
“Porque a nosotros nada más nos han saqueado y los beneficios se los llevan otros, a nosotros sí nos explotan la mano de obra, se llevan nuestros recursos, nuestros bosques, nuestra madera, nuestro oro y nosotros seguimos en peores condiciones, de por sí estábamos mal, si de por sí estábamos jodidos, nos dejan más jodidos porque aparte de que nos dejan en la pobreza nos dejan ambientes contaminados”.
Puntualizó que se pretende salvaguardar los derechos de las personas indígenas “sé que va a ser difícil, se trastocan intereses y por eso, incluso en contra de mi integridad física y hasta donde a mí me den, yo voy a defender los intereses de nuestros hermanos y hermanas indígenas”.
En su opinión, el pueblo mexicano se olvidó de los indígenas, de los dueños de los territorios que viven todavía, de los que todavía creen en el Dios del agua y en el de la Luna, de quienes conservan su cultura en cada mililitro de su sangre, de aquellos que consideran que los bosques y la tierra tienen un valor espiritual.
“En este mundo globalizado la política pública ha mercantilizado nuestros productos y cuando las comunidades pierden esa parte espiritual y ven un bosque o un río con el signo de pesos, los ríos se secan, los bosques son deforestados y las tierras se vuelven infértiles porque la cultura occidental vino a cambiar parte de nuestras vidas y a decirnos que las cosas tienen valor monetario y no es así”.
De esta forma, consideró que proyectos mineros, gasoductos, eólicos e hidroeléctricos derivan en que quienes explotan los recursos son otras personas y no las comunidades indígenas, «por lo que en este periodo legislativo el tema de la consulta indígena es fundamental».
Con la mirada limpia que tienen las personas de comunidades indígenas desde tiempos ancestrales, expuso que es necesario incidir primero de manera interna, en beneficios que las personas que integran los pueblos originarios puedan ver, lo que significa que una de las actividades que promoverá será la inclusión y la toma de decisiones.
En un acto reflexivo, señala la necesidad de reeducar a los ciudadanos quienes a su juicio, piensan que un legislador les va a dar dinero u otros beneficios; sin embargo, se trata de promover leyes que beneficien a las personas, en este caso a grupos de comunidades indígenas.
“Es parte de un proceso y los procesos llevan sus tiempos y así como estuvimos trabajando para que la gente entendiera que ya no podía seguir vendiendo su voto, ahora nos toca hacer una labor para hacerles entender que han cambiado los esquemas, un gobierno nuevo no puede seguir con el mismo régimen».
Así, señaló que aún cuando existen personas «que dicen que hacemos cosas contrarias a las que dijimos, nosotros estamos cumpliendo y trabajamos a marchas forzadas para la creación de nuevas leyes», incluso se tienen que crear nuevos organismos como el Instituto de los Pueblos Indígenas, que considerará a las personas como sujetos de derecho público para que tengan mejores condiciones de vida y desarrollo.
“Vamos a dejar una buena herencia para los que se quedan, tengo ganas de contribuir a la creación de los cambios que requieren los pueblos indígenas, el Estado mexicano tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas”.
Así, se piensa en incidir para lograr cambios constitucionales para que los pueblos orginarios sean sujetos de derecho público y no sujeto de interés público, “un cambio de palabra en la Constitución, el gobierno tiene la obligación y los pueblos indígenas tenemos la oportunidad de recibir recursos, que al final es dinero de los ciudadanos”.
Añadió que aún cuando los recursos son aportados por todos los ciudadanos del país, a los pueblos indígenas se les ha abandonado por años, “si el recurso es para todos, a nosotros no se nos ha mirado, prueba de ello es cómo están nuestros caminos, nuestras clínicas de salud, no hay escuelas y si hay están lejos, lo que más hay primarias, pero quienes quieren seguir estudiando la educación superior pues cuesta mucho”.
Se trata de trabajar por generar varios cambios; así, con la creación de la iniciativa para que surja el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas se buscará considerar a las comunidades como sujeto de derecho público, con la finalidad de que mediante programas gubernamentales se pueda incidir para que tengan mejores condiciones de vida.
Ello, además de la Ley General del Equilibrio Ecológico, el derecho intelectual de nuestra cultura como el tejido, los bordados, el tema referente al plagio de los trajes típicos, el despojo de las tierras, “finalmente quien siempre termina más afectado son los que menos podemos defendernos”, se buscará sentar las bases para que no se siga afectando a los pueblos indígenas.
“Lo que pase a revisión de la Comisión de Pueblos Indígenas, no voy a avalar nada que atente contra nuestros hermanos indígenas, que atente contra sus derechos y sus recursos, tenemos muchísimo trabajo, pero como dicen, también tenemos la mejor actitud”.
Con información de Notimex