CIUDAD DE MÉXICO.- Davide Astori, el padre ejemplar, el compañero de cancha para el Fiorentina, el de vida para su novia, el capitán de los viola, el número 13, el que a los 31 años simplemente dormirá para siempre.
El domingo 4 de marzo, fue hallado muerto en una habitación de un hotel de Udine, al norte de Italia, lugar donde se encontraba concentrado para disputar un partido de la serie a italiana. La causa: un paro cardíaco.
El defensa nació el 7 de enero de 1987 en San Giovanni Bianco; 14 veces internacional italiano, jugador de primera división en el Cagliari, el Roma y el Fiorentina.
La noticia tomó por sorpresa a todos: familiares, amigos, equipo, fanáticos.
Sin importar el color de la playera, todos extrañaron a Astori. Todos lo recordaron y también, todos lo homenajearon.
Las calles del centro de Florencia se llenaron de violas, de aquellos que querían ver por última vez a su jugador favorito.
Los violas congregados afuera de la Basilica de la Santa Cruz, a la espera de la última despedida de Davide y donde fue su funeral.
Rostros desencajados, sin importar ser hombre, mujer o niño.
Aquí el sentimiento era el mismo: el dolor de haber perdido a su jugador, a su amigo, a su hijo.
Y siete días después de su fallecimiento, en el primer partido de la Fiorentina sin su capitán, antes durante y después del encuentro ante el Benevento, los hinchas de su equipo se unieron para homenajear a Davide
En silencio, como si no se tratara de la previa de un partido, ambos equipos salieron a la cancha. Varios globos fueron soltados. Alrededor de los futbolistas, 13 jóvenes se ubicaron con la camiseta de la Fiore, el 13 y el apellido Astori impreso en la espalda.
Y cuando el reloj marcó los 13 minutos del primer tiempo, todos se quedaron inmóviles. Las tribunas del estadio Artemio Franchi se transformaron en un enorme mosaico con la palabra Davide 13.
Lágrimas mezclados con aplausos surgieron espontáneos.
Sin embargo, el jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría «Ramón de la Fuente Muñiz», Eduardo Calixto, afirma que el llanto en los hombres es un proceso más complejo.
«Los hombres tenemos la amígdala cerebral más grande, que es el sitio donde se inicia este proceso, pero paradógicamente los niveles de testosterona disminuyen el inicio del llanto y esto hace que al hombre por eso le cueste mucho trabajo llorar antes de los 40, por ejemplo», dijo en entrevista con Paola Rojas.
«Cuando los niveles de testosterona empiezan a disminuir, el fenómeno ya se empieza a hacer muchísimo más evidente. Por eso después de los 45 los hombres lloramos más».
El neurobiólogo también habla sobre la importancia del llanto.
Con información de Noticieros Televisa / Fotos: Fiorentina Reuters/Alessandro Bianchi AFP/Filippo Monteforte Getty Images/Gabriele Maltinti AP/Alessandra Tarantino / Video: YouTube