Los cenotes de Hacienda Mucuyché en Yucatán

Yucatán.- Como si estuvieran entintadas por el azul maya, las aguas turquesas de los cenotes, en la Península de Yucatán, cuentan la historia de lejanos tiempos. «El color del agua de los cenotes, los mayas le decían azul maya. Entonces, uno de nuestros cenotes es llamado así, azul maya», explica Claudia Sosa, directora general de la Hacienda Mucuyché.

Casi incontables y complejos de catalogar, los cenotes son formaciones geológicas extraordinarias que revisten al sureste mexicano. «Es muy difícil precisar la cantidad exacta porque cada vez se identifican más. En la zona hay más de 400 o 500 cenotes. Pero toda la península está llena de cenotes y de grutas de agua», añade.

 

 

La mayoría de las formaciones datan del periodo prehistórico, de los tiempos de la caída del meteorito en la península de Yucatán. «Después de esto, el territorio emergió del mar y se generaron cavidades que, con el tiempo y las lluvias, se llenaron de agua y surgieron ríos subterráneos llamados cenotes».

La cultura maya hizo de estos cuerpos de agua, lugares míticos y sagrados. «Es el Xibalbá, es el inframundo para los mayas. Entonces, ellos tenían la creencia de que si entrabas y salías del Xibalbá, regresabas como un guerrero maya. Nuestros ancestros no entraban, son lugares muy respetados que, con todo cuidado, nosotros visitamos», señala Claudia.

Además de centros ceremoniales y ahora grandes atractivos turísticos, también son una fuente inagotable de información para científicos de la geología.

«En estos lugares también tenemos las estalactitas y las estalagmitas que son creados a través de la filtración de la lluvia con los minerales que tiene la tierra y hay muchas, las que están vivas, siguen goteando y creciendo, haciéndolo muy espectacular».

Estos son los cenotes de la Hacienda Mucuyché. El nombre del lugar significa, en maya, “tórtola de madera”. Una de las grutas se llama “Carlota”, en honor a la distinguida visita de la Emperatriz Carlota Amalia, en el siglo XIX.

«Este cenote y esta hacienda fueron visitados por la Emperatriz Carlota. Nunca espero ver tal majestuosidad. Cargaba con sus vajillas y donó una de ellas a los propietarios, de tan agradecida que estuvo por la belleza del lugar».

Y tal como lo hiciera la Emperatriz Carlota Amalia, por estas escaleras, los visitantes a los cenotes de la Hacienda Mucuyché, descienden al encuentro con el Xibalbá.

«Son como unas cuevas, son como cavernas hacia dentro y están oscuras. Entraban con antorchas, quizá sabían nadar o no, y entonces salían como guerreros mayas», concluye Claudia Sosa.

Los enigmáticos cenotes de la península son otra gran razón para venir a Yucatán.

Cenotes Hacienda Mucuyché: Informes y reservaciones al 01-999-547-6087. Correo: reservaciones@cenoteshaciendamucuyche.com  / Facebook e Instagram: @cenoteshaciendamucuyche

Agradecemos las facilidades de Turismo de Yucatán.

Realización: Rosy López / Reportero: Silvano Soto / Edición: Aarón Ramírez.

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