Alejandro Amado/ Primera Plana Noticias
Morelia, Michoacán.- Para Lilia Martínez, el Día de la Madre es una fecha que no trae alegría. Como cientos de mujeres en México, no sabe el paradero de su hijo, quien está desaparecido desde el 2 de septiembre de 2012.
Este es el quinto año que sale a exigir la presentación con vida de su hijo en vez de conmemorar esta fecha. Pese al dolor se le ve sonriente, “ya he llorado demasiado”, dice, sin embargo reconoce que ayer pasó gran parte de la noche llorándole a su hijo y que cuando los reporteros tocan fibrs sensibles, no puede evitar las lágrimas.
Carlos Gaona Martínez tenía 28 años cuando «lo desaparecieron», era trabajador migrante, pasaba una parte del año en México y otra en Estados Unidos. Acá trabajaba como pintor automotriz, «ahorita tiene 33 años», dice.
«A mi hijo lo desaparecen en la esquina de Antimonio y Santa María de los Urdiales en la colonia Industrial. El comandante lo estaba golpeando cuando llegué al lugar de los hechos, me dijo “yo soy la autoridad”, yo le dije que ellos estaban para protegernos y no para fregarnos. ‘Retírese señora’, me dijo, no le hice caso y como a la media hora llegó la femenil, me subieron a la camioneta y me encerraron dos horas en Barandilla. Hice la denuncia al día siguiente y hasta la fecha no se sabe nada.”
El comandante que lo detuvo, de nombre José Manuel Ramírez Martínez, utilizaba la patrulla marcada con el número 706 de la entonces Policía Estatal. Le manifestó que detenía a su hijo por el delito de robo, pero ella dice nunca haber visto un comportamiento delictivo de su hijo o algún cambio inexplicable en su estilo de vida. “¿Dónde está todo lo que robo? Porque no me dejó nada”.
“A las dos horas me soltaron, regreso al lugar y mi hijo no está. Un policía que estaba por ahí me dice que estaba declarando en la Procuraduría, regresé allá pero mi hijo nunca llegó. Ni él ni otro muchacho de nombre José Luis, tampoco otra mujer que fue detenida en ese contexto fue presentada a la PGJE”.
Refiere que el comandante involucrado en la desaparición de su hijo sigue laborando, a pesar de que en el expediente están testimonios que lo relacionan al hecho, aunque en su declaración afirma no haber laborado ese día. “Hay varios testigos que lo vieron golpeando a mi hijo”.
Pese al dolor por no saber nada de su hijo la señora Lilia “Está difícil la situación, pero ni modo de sentarme a llorar. “Yo tengo que seguir de pie y seguir luchando para que me entreguen a mi hijo, porque ellos saben dónde están. Yo no voy a parar hasta que Dios me dé licencia de seguir luchando”, agregó.





