SUDÁFRICA.- Puntuales, como cada «Mandela Day», millones de personas en el mundo conmemoran la lucha de Nelson Mandela contra el apartheid: la segregación racial.
Aunque la celebración de hoy es más entrañable, al cumplirse 100 años del nacimiento de «Madiba», los sudafricanos poco tienen que festejar pues siguen enfrentando una profunda desigualdad económica.
Nelson Rolihlahla Mandela se convirtió en una leyenda política en vida, al luchar, gobernar y mantenerse fiel a sus creencias.
Proveniente de la tribu de los ‘Tembu’, fue formado para dirigir su clan, pero en su afán de combatir las prácticas xenófobas del apartheid, estudió Derecho e incursionó en la política.
Luego de las elecciones de 1948 en las que sólo pudieron votar los blancos, Mandela, como integrante del Congreso Nacional Africano (CNA), se dedicó a recorrer el país promoviendo la desobediencia civil.
Las acciones que encabezó por los derechos de la población negra le valieron la libertad. Al considerarlo un terrorista, el gobierno de Sudáfrica lo detuvo y condenó a 27 años de cárcel por alta traición.
«Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir», dijo ante el tribunal que lo juzgó.
Gracias a las campañas internacionales que abogaron por su libertad, «Madiba» fue excarcelado el 11 de febrero de 1990 y, lejos de todo rencor, apostó por una solución que no menoscabara los derechos de los blancos.
Fue así que Mandela intervino en las negociaciones con el presidente Frederik De Klerk, quien finalmente cedió para abrir el camino a la abolición del apartheid y definieron el proceso para la transición de poder.
Luego de las primeras elecciones democráticas (1994), Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente de raza negra de Sudáfrica.
Su gobierno se dedicó al combate del racismo institucionalizado, la pobreza y la desigualdad social. Además, promovió la reconciliación social.
Llamó a otros partidos políticos a unirse a su gabinete, promulgó una nueva constitución, creó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación a fin de investigar las violaciones a los Derechos Humanos durante el apartheid.
Asimismo, implementó una reforma de la propiedad de la tierra, el combate a la pobreza y la expansión de los servicios de salud.
Mandela también tuvo influencia en el ámbito internacional. Fue mediador en los conflictos de Angola, Burundi y República Democrática del Congo y recibió múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio Nobel de la Paz
Tras su gobierno (1999), «Madiba», que significa «abuelo venerable», se dedicó a obras de caridad y al combate del Sida a través de la Fundación Nelson Mandela.
Debido a problemas de salud las apariciones públicas de Mandela fueron disminuyendo, hasta que en julio de 2010, en el cierre de la Copa del Mundo de Sudáfrica, se le vio por última vez ante las masas.
Nelson Mandela falleció en diciembre de 2013.
Sudáfrica sin Mandela
Pese a la lucha de Nelson Mandela y a casi 25 años de la abolición del apartheid, la pobreza persiste en el país, la economía se desmorona y el racismo no cesa.
Según el Banco Mundial, Sudáfrica, que es primera potencia industrial del continente africano, es hoy en día el país menos igualitario del mundo.
Incluso, muchos ponen en duda a los sucesores de «Madiba». Tal es el caso de Jacob Zuma, que en febrero renunció como presidente al ser involucrado en varios casos de corrupción que empañaron la imagen del CNA, considerado como sinónimo de liberación en la era de Mandela.
«Mandela estaría muy preocupado sobre la Sudáfrica de 2018”, dijo el director del Instituto sudafricano de Estudios de Seguridad, Jakkie Cilliers, en entrevista para el medio DW.
«El gobierno del corrupto presidente Jacob Zuma ha perjudicado enormemente al país. La unidad nacional del pueblo recibió duros golpes. Tardará mucho tiempo hasta que Sudáfrica pueda reponerse de eso”.
Agregó que Mandela se concentró en la reconciliación de la sociedad dividida por el odio racista, pero dejó de lado la desigualdad social que empeoró con el gobierno de Zuma.
Hoy la ONU advirtió que el sueño de Mandela no estará completo hasta que se termine con la pobreza «y no se deje a nadie atrás».
La celebración por el «Mandela Day»
Es en este contexto en el que millones de personas en el mundo conmemoran la lucha de Nelson Mandela.
En Sudáfrica se realizan obras de caridad, espectáculos, exposiciones, torneos deportivos y publicación de libros en memoria de «Madiba». Incluso, su rostro sonriente ilustra los nuevos billetes.
En Johannesburgo se realizó una marcha encabezada por su viuda, Graça Machel, hasta la Corte Constitucional, considerado como sinónimo de la llegada de la democracia a Sudáfrica en 1994.
También participaron el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, y el magnate británico, Richard Branson.
Ayer, el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, recordó recordó ante 15 mil personas «la ola de esperanza que se apoderó del mundo» tras la liberación de Mandela.
«Gracias a su sacrificio y a su firme liderazgo, y quizás todavía más a su ejemplo moral, Mandela (…) personalizó las aspiraciones de las personas desfavorecidas», dijo.
«Nos muestra a nosotros, que creemos en la libertad y la democracia, que tendremos que luchar todavía más para reducir la pobreza», agregó.
Hoy, con líderes juveniles de diversas partes de África, los llamó a trabajar por cambios en sus naciones.
El actual presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, inauguró una clínica en el pueblo natal de «Madiba» en Mvezo.
«(Mandela) nos condujo de la brutalidad del conflicto y la opresión hacia la tierra prometida, una tierra de libertad, democracia e igualdad», indicó.
En Ciudad del Cabo, se pintaron números en las casas de uno de los barrios más pobres para ayudar a los trabajadores de salud a ubicar a personas afectadas por el VIH y la tuberculosis.
Líderes políticos como la primera ministra británica, Theresa May; el canadiense Justin Trudeau, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, o el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le dedicaron palabras de admiración.
Además, en redes sociales las etiquetas #MandelaDay y #Mandela100 están repletas de frases célebres de «Madiba».
Aquí en México, el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, destacó que Nelson Mandela y Benito Juárez buscaron con “inquebrantable fe el ideal de libertad.
Efemérides de gigantes: hoy se cumplen 146 años de la muerte de Benito Juárez, y es el centenario del nacimiento de Mandela. Dos culturas, dos liderazgos y una enseñanza mayor: la inquebrantable fe en la búsqueda del ideal de libertad. pic.twitter.com/I77PJMtDq2
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 18 de julio de 2018
Redacción / Foto: Archivo