CIUDAD DE MÉXICO.- Cuenta una leyenda azteca que cuando se estaban haciendo los sacrificios para crear el mundo, el universo y la humanidad, el Dios Xólotl usó sus poderes de transformación para no morir y se convirtió en un ajolote, o monstruo del agua.
Hoy, en la época actual, el ajolote originario de Xochimilco vuelve a encontrarse en peligro de muerte, pero esta vez de manera irremediable.
«En 1998 la doctora Virginia Graue hizo su primer censo y eran seis mil por kilómetro cuadrado. Nuestro primer censo bajó a mil, el siguiente censo bajó a 100, que fue en el 2008», señaló el doctor Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.
Sin embargo, los datos más recientes señalan que podría haber tan sólo 36 ajolotes por kilómetro cuadrado en Xochimilco.
«Si se extingue el ajolote se pierde un poco de la identidad de los mexicanos. En términos biológicos qué es lo que pasa, si se pierde el ajolote también se pierde Xochimilco».
Tres son los grandes problemas que han llevado poco a poco a la extinción de este anfibio: La calidad del agua en Xochimilco, la urbanización y la introducción de carpas y tilapias a los humedales.
«Lo que estamos haciendo en el laboratorio es generar teoría de cómo un ecosistema puede volver a estar en sus circunstancias originales o muy parecido en sus circunstancias originales», indica el doctor Zambrano.
Desde 2002 este doctor junto con un grupo de investigadores del Instituto de Biología de la UNAM se han dedicado a estudiar y preservar esta especie presente desde la época prehispánica.
«Es un animal neoténico, que se reproduce sin ser adulto, se reproduce siendo niño, nunca pasa a ser adulto. La otra característica del ajolote es que puede regenerar cualquier parte de sus tejidos. ¿Por qué hace esto? Porque tiene células madre en todo el cuerpo».
El ajolote tiene un genoma 10 veces más grande que el del ser humano, por lo que al descifrarlo se podrían comprender procesos moleculares para emplearse en la medicina regenerativa y tratar afecciones como el cáncer y el envejecimiento.
«Hay un factor muy importante y es que estas investigaciones sólo se pueden llevar a cabo si siguen existiendo los ajolotes silvestres, porque los ajolotes silvestres en Xochimilco son los que tienen esa variabilidad genética. Los ajolotes que están en los laboratorios no tienen esa variabilidad genética», agregó el doctor Zambrano.
Sobre la importancia de rescatar a esta especie y su ecosistema, habla el doctor en Urbanismo, Gustavo Madrid.
Con información de Noticieros Televisa