El ritmo acelerado de la vida cotidiana en la actualidad, demanda enorme cantidad de energía a las personas. Despertar a muy temprana hora, realizar traslados prolongados y numerosas tareas, provocan el desgaste físico, mental y emocional. Es debido a estas condiciones que se busca mejorar los hábitos y así alcanzar un estado de bienestar integral.
Para conseguirlo, especialistas de múltiples disciplinas recomiendan hacer una revisión profunda de las costumbres y rutinas familiares e individuales, identificando aquello que limita las posibilidades de vivir mejor. Hay al menos tres acciones clave a realizar: comer equilibradamente, procurar la supervisión médica y ser constantes en la activación física.
1. Comer equilibradamente
Al incorporar el llamado ‘Plato Saludable’ como una estrategia para alimentarse en casa o fuera de ella, las personas dan un paso relevante en el proceso de armonización de su ingesta diaria.
Al comer de forma equilibrada, incluyendo alimentos de todos los grupos nutricionales, se consume lo que requiere el cuerpo humano para funcionar mejor y mantener condiciones de salud adecuada.
Las semillas son un integrante del ‘Plato Saludable’, que además del aporte nutricional, enriquecen la experiencia de sabor. Por ejemplo, un complemento diario pueden ser las bebidas hechas a base de semillas. Recientemente la Industria Mexicana de Coca-Cola, integró a su portafolio esta categoría de bebidas a través de la marca AdeS, que sumo a sus opciones AdeS Soya, Almendra y Coco sin azúcares añadidos, adicionados con vitaminas, minerales y calcio. Sin duda una opción muy versátil para elaborar recetas: desde batidos y malteadas, hasta panques y postres.
2. Acudir al médico
Es recomendable acudir al menos dos veces por año a un check up, así como practicarse estudios de laboratorio para observar cómo se encuentran algunos indicadores clave, como la glucosa, el colesterol y los triglicéridos.
Considerando que la alimentación sana influye directamente en el organismo humano, la atención apropiada y oportuna puede guiar hacia dos caminos:
• Corregir la alimentación considerando el ‘Plato Saludable’, de acuerdo con las necesidades de cada persona.
• Promover la activación física para evitar los efectos negativos del sedentarismo.
3. Activación física
La práctica deportiva es esencial para prolongar la expectativa de vida, mantener los signos vitales y reflejos físicos en parámetros adecuados y mitigar algunos desajustes en el organismo.
De 10 a 30 minutos diarios, o cada tercer día según sea el caso, contribuye a mejorar los niveles de oxigenación en todo el cuerpo e influye positivamente en el consumo de calorías, la regulación de la presión arterial y la reducción del sobrepeso.
Vale la pena programar pausas activas, tanto en la casa como en la escuela y el centro de trabajo. Estos pequeños espacios sirven para caminar e incluso llevar a cabo una rutina de ejercicio ligero para reducir el estrés.
Diferentes organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales recomiendan la adopción de por lo menos estos tres hábitos saludables para prevenir los efectos indeseables del sobrepeso, la obesidad y otros padecimientos asociados con el síndrome metabólico. También, recomiendan comer equilibradamente, acudir al médico con regularidad y practicar deporte.
Mantener el equilibrio entre alimentación, ejercicio y supervisión médica se convierte en un factor esencial para tener una mayor expectativa de vida que permita realizar proyectos, sueños y metas.
Redacción.