MÉXICO.- Los momentos posteriores a un episodio de violencia sexual son muy importantes.
Que la víctima reciba la atención adecuada es clave para su recuperación. Es por ello que dos paramédicas unieron su experiencia y diseñaron un protocolo de atención prehospitalaria a víctimas de violencia sexual. Es el primero en su tipo en México y forma parte de la capacitación a socorristas de la Cruz Roja.
Mariana y María de la Paz son técnicas en urgencias médicas de la Cruz Roja Mexicana. Ellas elaboraron el primer protocolo de atención prehospitalaria a las víctimas de agresión sexual.
«Como personal de primer contacto muchas veces, pues entramos luego, luego después de que sucedió el evento, después de que sucedió el ataque y queríamos asegurarnos de que todas nuestras acciones, nuestras preguntas, la forma como nos dirigimos a las personas estuviera perfectamente bien orientada por personal profesional en psicología», señala Mariana Sierra Prieto, técnica en urgencias médicas de la Cruz Roja Mexicana.
Cuando ocurre una violación sexual, generalmente se llama a la policía o bien, se recurre a una patrulla, pero para ellas, la primera línea de atención tiene que ser médica.
Llevar a las víctimas a un hospital garantiza que puedan recibir asistencia médica, ayuda psicológica y asesoría legal.
«Lo más importante para ser parte esta cadena de esfuerzos, para recuperar una vida que ha sido agredida sexualmente, era trasladar a esas personas a un hospital, porque era la única manera y casi el único momento que las víctimas tienen, si la calidad del trato es específica y especial para esa persona, con todos los cuidados que podamos contar que hay que tener», indicó María de la Paz Villalongo, técnica en urgencias médicas de la Cruz Roja Mexicana.
El protocolo de atención prehospitalaria a víctimas sobrevivientes de violencia sexual, el primero en su tipo en el país, se sustenta en cuatro pilares: la atención médica a bordo de la ambulancia, su adecuación al marco legal, el acompañamiento y la orientación, así como la perspectiva de género.
«Si bien sabemos que esto es algo que mayormente afecta a mujeres y a la población transgénero o de géneros no binarios, debemos asegurarnos que toda nuestra atención estuviera basada en la perspectiva de género, referirnos a las personas según su identidad de género, atenderla sin prejuicios, sin revictimizar a las personas», señala Mariana Sierra.
El protocolo comenzó a implementarse el año pasado en medio de la pandemia y ya forma parte de la capacitación a los socorristas de la Cruz Roja.
Una iniciativa que cobra valor, ya que la Organización Mundial de la Salud recién consideró a las agresiones sexuales como una urgencia médica.
Tan sólo los paramédicos de la Cruz Roja de Polanco, atienden en promedio cuatro casos de violencia sexual a la semana, en la Ciudad de México.
Con información de «Al aire con Paola»