MÉXICO.- Entre las olas y las fuertes corrientes del mar, miles de tortugas golfinas llegan por instinto a uno de los santuarios más importantes para la especie en el Océano Pacífico.
Es la playa de Ixtapilla en el municipio de Aquila, Michoacán, donde se estima han llegado este año 180 mil tortugas que desovaron un poco más de cuatro millones de huevos.
«Verlas regresar a la playa, al agua de nuevo, para volver al siguiente año volver a hacer lo mismo y buscar nada más esté lugar y es una hermosura venir, estar aquí ahorita en este espectáculo, qué dan a veces hasta ganas de llorar», dijo Elias Martínez, habitante de El Ranchito, Michoacán.
Hace 27 años la historia era distinta, habitantes de la comunidad indígena de Santa María de Ostula que colinda con la playa, recuerdan que llegaban dos o tres tortugas por semana.
«Pues en ese tiempo no era la gran cantidad, porque digamos un nido lo recolectaban a ocho días o quince días, no era como vemos ahorita muchas tortugas», comentó Susana Zúñiga, Voluntaria de la Coordinación del Campamento Tortuguero Punta Ixtal.
Los comuneros tuvieron la iniciativa de formar un campamento tortuguero y así nació Punta Ixtal, hoy en día uno de los sitios de anidación de tortuga marina más importantes en el mundo.
Los comuneros tuvieron la iniciativa de formar un campamento tortuguero y así nació Punta Ixtal, hoy en día uno de los sitios de anidación de tortuga marina más importantes en el mundo.
Cada temporada se organizan en grupos para vigilar su estancia, protegen sus nidos y algunos los resguardan en corrales para garantizar su conservación.
«Vamos a recolectar en nidos naturales o en corral para salvarlos», comentó César Reyes, voluntario de la Coordinación del Campamento Tortuguero Punta Ixtal.
Entre los meses de agosto y noviembre, las tortugas arriban a Ixtapilla de forma masiva, un espectáculo de la naturaleza que atrae a cientos de turistas nacionales y extranjeros.
«Somos turistas, somos de Chile y nos encontramos de casualidad con este espectáculo y nos parece súper bonito», dijo Robinson, turista.
«Nunca las habíamos visto así de tan cerca y hoy, el día más bello de mi vida», dijo Daniela, turista.
«Vengo con mi familia y todos nos quedamos asombrados de ver tantas tortugas, nunca habíamos visto esto y la verdad es una chulada», señaló César Vega, visitante.
Y mientras unas llegan a desovar otras son liberadas, los voluntarios cuidan su ingreso al mar ahuyentando a sus principales depredadores, las gaviotas, el macaco y la tijerila.
Una vez que terminan los arribazones masivos de tortuga golfina inicia otro espectáculo, el desove de tortugas de la especie “Negra” y el arribo de la tortuga “Laúd” a inicios de diciembre, la más grande de todas las tortugas marinas.
Con información de N+ / Bertha Reynoso