MÉXICO.- Los familiares de los diez mineros atrapados en “El Pinabete”, en Sabinas, Coahuila, fueron convocados a una reunión con las autoridades.
“Ahorita nos acaba de hablar la licenciada Laura, de lo del tajo y que una indemnización. Ya le dijimos no queremos nada, solo queremos a nuestros familiares (…) hasta que nos los entreguen vamos a aceptar la indemnización, si no, no”, comentó María Elena Chávez, esposa de Jaime Montelongo, minero atrapado.
Les dijeron, según los familiares, que la opción más viable para rescatar a los mineros era la de llevar a cabo un tajo abierto con una rampa de acceso inclinado, mismo que tardarían en construir de seis a once meses. Además, les ofrecieron una indemnización por su familiar.
“La única opción, lo único que nos van a dar ahorita es el tajo, de seis a once meses, y la indemnización, nosotros no queremos nada, ahorita no queremos dinero, nosotros los queremos a ellos, mientras no nos vamos a ir”.
En conferencia de prensa, improvisada al exterior de la mina «El Pinabete», los familiares de los mineros atrapados reconocieron que a tres semanas del derrumbe es difícil que sus familiares sigan vivos.
“Las esperanzas que teníamos de que estuvieran vivos ya se acabaron gracias a ellos y ahorita que nos dicen, que en un año nos devuelven ¿qué? ¿el cuerpo? ¿o qué?, porque ya en un año qué va a ver. ¿Qué? No, no estamos de acuerdo, no estamos de acuerdo y no vamos a estar de acuerdo con nada”, señaló Juani Tijerina, hermana de Hugo Tijerina, minero atrapado.
La Coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, no ha declarado.
El tajo al que se refieren es una explotación minera a cielo abierto que se desarrolla extrayendo el material superficial y todos los estratos rocosos hasta llegar al estrato del carbón. Requiere de varios meses de trabajo y el uso de tecnología.
“La tecnología es sobre todo la geofísica para que puedan definir el punto exacto donde abrirlo (…) hay que hacer mecánica de rocas, hay que hacer estudios porque son 60 metros de profundidad (…) se tiene que abrir a una gran distancia; o sea, debe de ser algo muy, muy grande, pueden ser hectáreas 4, 6, 8 hectáreas las que tengamos que abrir”, dijo Luis Fernando Camacho Ortegón, director general del Centro de Investigación en Geociencias aplicadas de la Universidad Autónoma de Coahuila.
El especialista explicó que el tajo se forma con taludes de cierta inclinación para evitar deslizamientos y derrumbes, y que se requiere de una presa para captar toda el agua que sea extraída de los pozos y así evitar que sea conducida al río Sabinas.
La región carbonífera de Sabinas, Coahuila comprende los municipios de Muzquiz, Sabinas, San Juan de Sabinas y Progreso, donde la exploración y explotación de minas que inició en el siglo XIX ha dejado una gran cantidad de minas abandonadas al paso de los años, que actualmente están inundadas.
La mina el Pinabete, que sufrió un derrumbe el pasado 3 de agosto, está rodeada por otras seis minas y por más de 100 pozos artesanales de tiros verticales y de unos 60 metros de profundidad, en las que aún extraen pequeñas cantidades de carbón sin las condiciones de supervisión adecuadas.
“Por eso es el riesgo de abrir un pocito en un área como esa, porque abajo no sabemos en donde te vas a conectar con una mina antigua que nadie sabe quién la exploto, y también las autoridades no tienen un registro un plano tridimensional a profundidad de cómo están todas las galerías, cañones y cruceros de la minería antigua”, agregó el especialista.
Con información de N+ / Carlos Guerrero