Mujeres afromexicanas, diez años de lucha por sus derechos.

Ciudad de México. – Las mujeres afromexicanas, sus descendientes contemporáneas, representan el 53% la población negra del país y han emprendido la batalla por el reconocimiento de su historia, por la igualdad de género y por ser incluidas en la toma de decisiones.

La comunidad negra forma parte de las estadísticas federales desde 2015, con la encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Los principales resultados de esta encuesta reportan que 1,38 millones de mexicanos se identificaron como afro descendientes, lo cual representa 1.2% de la población nacional. De ellos, 705.000 mil son mujeres y 667.000 son hombres. La mayoría de esta población se encuentra en los estados de Guerrero, Oaxaca y Veracruz.

A pesar de que las mujeres afromexicanas representan el 53% de la población negra del país, como parte de la discriminación de la que son víctimas, no tienen estadísticas propias en materia de salud, educación, territorio o derechos humanos para incidir en políticas públicas, como lo tienen las mujeres indígenas, porque la lucha de ellas es reciente, se remonta a escasos 10 años, cuando decidieron pasar de la cocina a la lucha social y política; desde entonces, existe lo que ellas llaman “movimiento de las afrodescendientes”.

En diversas entidades del país, en los ámbitos rurales y urbanos, desde muy distintas ocupaciones las niñas y mujeres afromexicanas enfrentan condiciones de desigualdad y violencia agravadas por el racismo y la discriminación. Desde hace algunos años, las mujeres afromexicanas llevan adelante emprendimientos para fortalecer los lazos de solidaridad entre ellas y zurcir así el tejido social en regiones lastimadas por la violencia y la inseguridad.

En el Estado de Oaxaca, desde 2013 la población negra tiene reconocimiento en su Constitución, con la reforma del Artículo 16, esto resultado de una larga lucha, pero son las mujeres quienes llevan una lucha más lenta, pues además están en el eslabón más bajo de la discriminación por ser mujeres, negras, pobres y analfabetas.

Rosa María Castro Salinas, presidenta de la Asociación de Mujeres de la Costa de Oaxaca (Amco), y Yolanda Camacho, presidenta del Colectivo de la Costa de Oaxaca Na’a Tunda (Mujer negra), coinciden al asegurar que la población negra en México ha engrosado los grupos de comunidades pobres, con poco o ningún acceso a servicios básicos de salud, educación, proyectos productivos, la tierra, la vivienda o el crédito. Situación que se hace más compleja para las mujeres, por el sólo hecho de serlo, además negras, pobres y muchas aún analfabetas, lo que las colocan en una situación de alta vulnerabilidad”.

Estas activistas oaxaqueñas, por más de 10 años han recorrido mares, ríos y lagunas hasta llegar a cientos de mujeres negras o afrodescendientes para capacitarlas y sensibilizarlas sobre la lucha por el reconocimiento constitucional, la inclusión y la igualdad de derechos.

Así pues, en la actualidad somos testigos del surgimiento en la escena pública de liderazgos de mujeres quienes enarbolando el reconocimiento constitucional para los pueblos y comunidades afromexicanas, la garantía de sus derechos colectivos y reclamando, de forma muy combativa, la equidad de género tanto en los espacios de la vida pública como privada, nos convocan a hacer un alto en el camino para mirarnos en sus experiencias y no cejar en los esfuerzos que todas y todos debemos hacer para lograr un mundo más justo y equitativo, en el que el sexismo, la violencia machista, el racismo y la discriminación no tengan lugar.

Con información de El Universal

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