Ciudad México. – Unas 200 mujeres se manifestaron dentro de Ciudad Universitaria en contra de la violencia de género.
Avanzaron, hicieron pintas, rompieron algunos vidrios, pero al llegar a la Facultad de Ingeniería, se encontraron con alumnos y alumnas que al grito de «no a la violencia» les pusieron alto, un alto que no habían encontrado en sus manifestaciones anteriores.
Asegurando estar hartas de la violencia contra las mujeres, esta mañana colectivos feministas se volvieron a manifestar, esta vez en Ciudad Universitaria. Convocaron un «cacerolazo separatista» que reunió a 180 mujeres, quienes caminaron de la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM hacia la Facultad de Filosofía.
Nuevamente advirtieron que no querían hombres en la movilización, ni cámaras de televisión cerca de ellas. Las mujeres comenzaron a caminar por el circuito universitario y desde el inicio empezaron las pintas a las banquetas, a las señales de tránsito, a los letreros de identificación en las Facultades. Contabilidad y Administración cerró las puertas, por lo que las mujeres arreciaron ahí las pintas y luego siguieron su camino con consignas contra la violencia machista. En Trabajo Social llegaron los cristalazos, ahí quebraron las ventanas de una caseta de vigilancia.
Luego llegaron a Ingeniería, ahí la protesta aumentó, crecieron las pintas y todos los pizarrones de anuncios que encontraban los hicieron añicos. Lo mismo fue para una máquina de café que terminó en el suelo y después se fueron a los cristales de algunos salones, hasta ese momento, los estudiantes de ingeniería, solo observaban.
A media Facultad, cuando otras manifestantes iban a romper más ventanas, unos pocos estudiantes les salieron al paso, les exigieron no generar violencia y algunas de ellas, los corrieron a golpes y usando extintores contra los estudiantes. Pero eso les dio valor a otros estudiantes, hombres y mujeres, quienes se acercaron y a gritos corrieron a las manifestantes.
Tuvo que intervenir Protección Civil de la UNAM y algunos otros estudiantes que no querían que el pleito pasara a mayores, también las mujeres feministas pusieron barreras, mientras los gritos para que se fueran de ahí, seguían. Después de unos minutos, las mujeres salieron de la Facultad de Ingeniería, protestaron todavía en la puerta y ahí aseguraron, que un estudiante había aventado un pedazo de vidrio hiriendo a una de sus compañeras.
El colectivo siguió su camino, pasaron por Medicina y al llegar a Derecho, pintaron el águila representativa y le colocaron un pañuelo verde, el símbolo de la lucha feminista a favor del aborto. Esta facultad también estuvo cerrada y aunque las mujeres intentaron abrirla, no lo consiguieron, avanzaron unos metros más y llegó el turno al Auditorio Antonio Caso, más pintas ahí, dos horas y media después, a las tres de la tarde, llegaron a la Facultad de Filosofía y Letras donde terminó el «cacerolazo separatista».
La Facultad de Ingeniería emitió un comunicado después en el que aseguró que fueron las mujeres encapuchadas quienes agredieron a sus alumnos, rechazaron que sus estudiantes hayan respondido a estas agresiones.
Con información de Excélsior.