MUNDO.- El gobierno francés indicó este jueves que convocará al presidente de la Conferencia Episcopal (CEF), monseñor Éric de Moulins-Beaufort, para pedirle explicaciones sobre su defensa del «derecho de confesión», incluso en casos de abusos a niños.
El jefe de los obispos declaró el miércoles, al día siguiente de un informe demoledor sobre los abusos sexuales a menores en la Iglesia francesa, que el secreto de confesión era «más fuerte que las leyes».
«Nada hay más fuerte que las leyes de la República en nuestro país», dijo este jueves el portavoz del gobierno Gabriel Attal, precisando que el presidente Emmanuel Macron pidió al ministro del Interior que lo convoque.
Una fuente cercana a Gérald Darmanin indicó a la AFP que el ministro «recibirá a principios de la próxima semana a monseñor De Moulins-Beaufort para pedirle explicaciones sobre sus declaraciones».
El martes, la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) cifró en 330.000 los menores agredidos desde 1950 por clérigos o laicos trabajando en instituciones religiosas en Francia.
Para evitar nuevos casos, el informe de la Ciase recomendó a la Iglesia que deje claro que el secreto de confesión no cubre estos delitos, que deberían ser denunciados a la justicia, entre otras propuestas. Aunque el papa Francisco, que expresó su «vergüenza» por los abusos a niños en Francia, ha convertido la lucha contra esta lacra en una prioridad, siempre ha establecido una línea roja: el secreto de confesión.
«Una información de ‘delictum gravius’ que se haya conocido en una confesión se encuentra bajo el secreto sacramental más estricto», reza un manual de 2020 del Vaticano para gestionar estos casos.
El respecto del derecho de confesión, uno de los siete sacramentos en la doctrina católica junto al bautismo o el matrimonio, excluye cualquier acusación a partir de una admisión hecha en el confesionario.
PAPA FRANCISCO EXPRESA SU «VERGÜENZA» POR ABUSOS SEXUALES CONTRA NIÑOS EN FRANCIA
El papa Francisco expresó este miércoles «su vergüenza» por los abusos sexuales contra niños en el seno de la Iglesia de Francia, frente a los cuales el presidente francés Emmanuel Macron pidió «verdad y reparación».
«Deseo expresar a las víctimas mi tristeza y mi dolor por los traumas sufridos y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, por la incapacidad de la Iglesia durante mucho tiempo para ponerlos en el centro de sus preocupaciones», dijo Francisco durante la audiencia general de los miércoles en el Vaticano.
«Es el momento de la vergüenza», insistió el papa. Francisco invitó a todos los responsables religiosos a «seguir adelante con sus esfuerzos para que dramas semejantes no se reproduzcan».
Además, instó a los católicos franceses a «asumir sus responsabilidades para que la Iglesia sea una casa segura para todos».
Por su lado, el mandatario francés reconoció «el espíritu de responsabilidad» de la iglesia francesa para encarar ese grave fenómeno.
«Espero que ese trabajo pueda continuar con lucidez y apaciguamiento. Nuestra sociedad lo necesita. Hay necesidad de verdad y reparación», dijo a la prensa al margen de una cumbre europea en Eslovenia.
Un informe independiente publicado el martes en Francia concluyó que más de 216.000 menores fueron víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica en el país desde 1950.
Sacerdotes y religiosos abusaron de 216.000 menores entre 1950 y 2020, si bien la cifra ascendería a 330.000 si se tiene en cuenta hechos perpetrados por laicos que trabajaron en instituciones religiosas, apuntó la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) en Francia.
El martes, en un comunicado difundido por el Vaticano, el papa ya había expresado su «inmenso dolor» y su «gratitud» hacia las víctimas «por su valentía para denunciar.
El presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, el cardenal estadounidense Seán Patrick O’Malley, se comprometió a «defender enérgicamente los derechos de los sobrevivientes, a educar para prevenir los abusos, a la transparencia, rendición de cuentas y tolerancia cero», reiteró en un comunicado.
El pontífice argentino ha convertido la lucha contra las agresiones sexuales en una de sus prioridades y publicó en 2020 un manual para gestionar denuncias en la Iglesia.
Elegido en 2013 para hacer cambios en una Iglesia sacudida por los escándalos, Francisco tuvo una serie de desaciertos, en particular durante su viaje a inicios del 2018 a Chile, al haber puesto en duda las denuncias contra el cura Fernando Karadima, acusado y condenado por abusos sexuales.
Tras reconocer su error, Francisco envió a Chile una misión especial para conocer la verdad sobre lo ocurrido. Después, escuchó a víctimas de los abusos en el Vaticano y luego, en un hecho inédito y de gran significación, convocó a Roma a todos los obispos chilenos, quienes frente a él presentaron su dimisión.
En febrero del 2018 convocó a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo para una cumbre inédita sobre la pedofilia y en 2019 levantó el secreto pontificio para casos de pederastia. Una medida histórica con lo que puso fin a una de las mayores excusas sobre la que se edificó el muro de silencio en torno a los abusos.
En junio del 2021 anunció la reforma del Código de Derecho Canónico e introdujo un artículo que contempla la pedofilia y específicamente los delitos de abusos contra menores cometidos por sacerdotes.
Este código, que estará en vigor a partir de diciembre del 2021, endurece las penas, amplía los periodos de prescripción e indemniza a las víctimas.
Desde que estallaron los primeros escándalos de abusos hace más de 35 años, la jerarquía de la Iglesia católica ha tomado una serie de medidas preventivas y también ha adoptado leyes, pedido perdón y lanzado condenas, pero sin lograr que desaparezcan ni los abusos ni la llamada «cultura del encubrimiento», es decir la mentalidad de mantener todo en secreto.
Con información de AFP