Para esta temporada se esperan menos huracanes pero más intensos


San José, Costa Rica.- El Comité Regional de Recursos Hidráulicos (CRRH), una organización gubernamental de los siete países de Centroamérica, advirtió que la temporada de huracanes registrará en 2018 menos ciclones pero más intensos que en 2017.

Aunque la actividad ciclónica será distinta a la de 2017, tendrá “mayor intensidad”, anunció el CRRH, formado por Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá y fundado en 1966 al amparo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que es parte del sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La temporada de huracanes en el Océano Atlántico se iniciará mañana y concluirá el 30 de noviembre y en 2017 fue definida por organismos internacionales especializados como extremadamente activa, al ser la más intensa desde la de 2005, con meteoros como Irma y María que causaron estragos en especial en la Cuenca del Caribe.

La del Océano Pacífico oriental comenzó el pasado 15 de mayo y la del central empezará este primero de junio y ambas finalizarán el 30 de noviembre próximo.

Previsiones. La panameña Berta Olmedo, secretaria ejecutiva de la CRRH, dijo que los pronósticos sobre los ciclones trópicas—tormentas más huracanes—establecieron que en 2018 habrá de 12 a 16 y la mitad de estos se convertirían en huracanes. En 2017 hubo 17, de los cuales 10 fueron huracanes, recordó.

“Tenemos condiciones muy cercanas al valor promedio de la temperatura en la cuenca del (océano) Atlántico. Esto nos apoyaría la tesis de que no tendríamos una actividad ciclónica parecida a la del 2017, pero sí de mayor intensidad que el promedio para la temporada”, informó.

“Es posible que el rango de tormentas más huracanes esté oscilando entre 12 y 16, pero no es viable determinar en este momento, con meses de anticipación, la ruta y la intensidad que tendrá cada uno”, añadió.

Las alertas fueron expuestas en un seminario virtual organizado esta semana por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que pertenece al sistema de la Organización de Estados Americanos (OEA), para determinar el impacto de las condiciones meteorológicas sobre la sanidad agropecuaria.

El IICA informó que la perspectiva climática se emite tres veces al año como parte del Foro del Clima de Mesoamérica, integrado por expertos de los servicios meteorológicos de la región y coordinado por el CRRH.

“Los resultados del informe son un insumo clave en el agro para la toma de decisión en el manejo del riesgo, identificar oportunidades y amenazas, y contar con una adecuada estrategia para afrontar los eventos climáticos”, puntualizó el Instituto.

Niño y Niña. Olmedo explicó que en el periodo de perspectiva de mayo a julio de 2018 “no tendríamos condiciones” de “La Niña” ni de “El Niño”.

“Sin embargo, es importante tener en cuenta que hacia finales del año los modelos son consistentes en señalar una probabilidad del 50 % de tener escenarios” de “El Niño”, anticipó.

En un impacto sobre las temperaturas marítimas, “El Niño” es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Océano Pacífico oriental ecuatorial, que es erráticamente cíclico con una fase cálida y cuya etapa de enfriamiento es “La Niña”.

Bajo este panorama de pronósticos, el guatemalteco Carlos Roca, coordinador del Programa de Variables Climáticas y Sanidad Agropecuaria del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), mencionó una serie de riegos a los que podría exponerse la sanidad agropecuaria de la zona por las perspectivas climáticas del trimestre de mayo a julio.

Sobre la sanidad animal, Roca puntualizó que los principales peligros son la influenza aviar, la piro y anaplasmosis bovinas (infecciones parasitarias transmitidas por garrapatas), enfermedades vesiculares, de complejo respiratorio y la encefalomielitis equina, una enfermedad viral poco común que es transmitida por la picadura de mosquitos infectados.

En la sanidad vegetal, el especialista detalló que se deberá poner atención en roya y broca del café, la langosta voladora, enfermedades de los cítricos y la sigatoka en el banano, entre otros.

“Es importante aclarar que es un pronóstico que indica de cierta manera, a juico de expertos y con instrumentos metodológicos, la probabilidad de la presencia, incidencia o dispersión de plagas o enfermedades que puedan darse, con el fin de alertar a los servicios sanitarios y a los sistemas de vigilancia para intensificar las labores de control”, destacó.

Por su parte, la colombiana Sacha Trelles, especialista de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de los Alimentos del IICA, abogó por disponer de información oportuna y significativa acerca de “las diferentes amenazas sanitarias y fitosanitarias”

Todo “se verá reflejado en que los países de la región puedan tomar mejores decisiones y fortalezcan las capacidades de gobiernos, instituciones y técnicos para tomar las acciones de preparación necesarias ante los diferentes riesgos que proyectan los pronósticos estacionales”, insistió.

Con información de El Universal. 

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