MÉXICO.- Ante la falta de una estrategia efectiva para frenar la mortandad de la vaquita marina, que se ahoga en las redes ilegales con las que se captura el pez Totoaba, el Gobierno de Estados Unidos anunció la ampliación del embargo pesquero contra México, en específico para la región del Alto Golfo de California, vigente desde agosto de 2018.
La medida emitida por el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas (NMFS, por sus siglas en inglés), incluye ahora la prohibición a las importaciones de camarón, sardina, chano, sierra, arenque, macarela, anchoas y curvina, capturados al norte del Golfo de California, por embarcaciones de mediana altura (barcos camaroneros).
Hasta ahora, la restricción decretada hace casi dos años por la Corte Internacional de Comercio de Estados Unidos, sólo contemplaba al camarón, curvina, sierra y chano, capturado por pequeñas embarcaciones (pangas), proveniente del hábitat del mamífero marino en mayor peligro del mundo.
En el documento de 19 páginas en poder de Excélsior, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), señala que esta decisión se tomó con base en la Ley de Protección de Mamíferos Marinos, que faculta a la administración de Donald Trump a prohibir la compra de productos pesqueros a los países que no puedan comprobar que cuentan con una regulación para evitar las capturas incidentales, comparables a los estándares vigentes en Estados Unidos.
Al respecto, el Centro para la Diversidad Biológica, una de las organizaciones no gubernamentales con sede en la Unión Americana, que promovió el embargo contra México, destacó que estas restricciones al comercio, son un paso crucial para acabar con la total indiferencia del gobierno mexicano hacia la extinción de la vaquita marina.
«Desde que el presidente López Obrador asumió el cargo, su administración se ha quedado sentada observando cómo estas pequeñas marsopas caen en un espiral hacia el olvido. Pero el dinero importa, y este embargo, finalmente, debe llamar la atención de México”, confío Sarah Uhlemann, directora de programas internacionales del Centro para la Diversidad Biológica.
Con información de Excélsior / Foto: Ernesto Méndez