Chile.- Después de ser probada en animales, se empezará a hacer las primeras pruebas de la piel fotosintética en humanos.
El científico chileno Tomás Egaña presentó la investigación con la que creó la primera versión de piel fotosintética, que produce y libera oxígeno, y que podrá regenerar tejido humano.
En la presentación en la Universidad Católica de Chile, Egaña, doctor en Biología Humana y Farmacología, explicó que tras ocho años de análisis y pruebas con animales (ratas, cerdos y peces), iniciará el primer ensayo clínico en el Hospital del Salvador, en Santiago, con veinte pacientes que hayan sufrido traumatismos.
«Este paso, que durará seis meses, es pequeño pero muy importante para demostrar la seguridad de la tecnología. Si conseguimos que sea seguro, podremos aplicarlos en otro tipo de pacientes y enfermedades, como en trasplantes de órganos y enfermos de cáncer», afirmó Egaña.
Esta investigación, realizada en la Universidad Católica de Chile, desarrolló una primera técnica para hacer un trasplante de piel a través de la implantación de unas microalgas modificadas genéticamente para producir oxígeno y así regenerar la zona.
“Lo que queremos averiguar es, qué ocurre en el cuerpo si implantamos microalgas que produzca la fotosíntesis», afirmó Egaña durante la presentación.
“La gran pregunta es qué podríamos lograr si los humanos consiguiéramos reproducir este proceso en un contexto terapéutico, ya que hay muchas enfermedades causadas por la falta de oxígeno como una hemorragia, un infarto, o heridas grandes que no sanan», agregó Egaña.
La primera línea de la investigación se centra en las posibles aplicaciones de esta técnica en heridas con el fin de oxigenarlas a través de cremas, vendajes o suturas que contengan microrganismos que realicen la fotosíntesis.
Mientras que la segunda línea investiga la aplicación de esta tecnología en trasplantes de órganos, para así lograr que los órganos vivan más tiempo fuera del cuerpo, y en terapias oncológicas para conseguir una mayor eliminación de las células cancerígenas.
Según recalcó el investigador, la clave de este primer ensayo clínico será precisamente evitar el rechazo de los pacientes a estos trasplantes y después, en caso de que los veinte pacientes reciban con éxito el trasplante cutáneo, la idea es que cuando la piel esté regenerada el implante sea eliminado por el mismo cuerpo o retirado.
Con información de Milenio.