MÉXICO.- Prisión preventiva de carácter justificado le fue dictada a Braulio N, quien se le imputan los delitos de lesiones con agravante de razón de género y hostigamiento sexual contra la empleada de una tienda deportiva en Satélite, Naucalpan, Estado de México (Edomex).
En la audiencia inicial realizada en los juzgados de control juicios orales del distrito de Tlalnepantla, el señalado que fue evidenciado golpeando a una empleada de una tienda de deportes de Naucalpan, se mostró temeroso al inicio, al percatarse que no tenía abogado, por lo que le fue asignado uno de oficio.
En la sala en donde solo estuvo dos familiares de Braulio, el joven se mostraba inquieto en ocasiones se revisaba las uñas o miraba al techo de la cabina donde se encontraba mientras las fiscales hacían una relatoría de los hechos,
De acuerdo con la investigación, Braulio golpeó a Sarahí el pasado 31 de enero, al molestarse porque un cliente hizo una devolución, rompiendo la base de una tablet, por lo que la víctima trató de calmarlo dándole una palmada en la espalda diciéndole que no rompiera las cosas, respondiéndole que a ella no le costaban empezándola a golpear.
Acoso y lesiones a empleada en Naucalpan
En la relatoría, se señaló que inmediatamente empezó a golpearla causándole lesiones en los ojos, escoriaciones, golpes en la cabeza, lesiones que se consideran pudieran sanar en 15 días.
Ello además de que se asentó que desde 19 de diciembre Braulio acosaba sexualmente a Sarahí, con quién quería tener a fuerza una relación con ella al pedirle fuera su novia y que vivieran juntos, pero al verla con su novio, empezó a molestarse.
Ante los hechos y luego de que una psicóloga revisara a la víctima, determinó que había riesgo de feminicidio además de que el supuesto agresor conocía el domicilio de Sarahí al ser su jefe inmediato.
Ante ello, la juez determinó prisión preventiva de carácter justificado y se dio ampliación del término constitucional para la vinculación a proceso, por lo que la próxima audiencia se realizará el 10 de febrero, ante la mirada pasiva de Braulio, mientras sus familiares declinaron hablar.
Con información de Excelsior