Foto: Facebook / Proyecto Yoga en Prisiones

Proyecto Yoga en Prisiones: ‘me ayudó a tener menos estrés y paz interior’

MUNDO.- La pandemia impactó de manera directa a la salud física de la humanidad, pero no solo eso, también afectó la salud mental.

Tan solo en el primer año del covid-19 la prevalencia de la ansiedad y la depresión aumentó 25 por ciento, según un informe de la Organización Mundial de la Salud.

De ahí la urgente necesidad de sanar la mente, y justo hoy en el Día Internacional del Yoga, el mensaje de esta práctica cobra mayor relevancia, para buscar herramientas que nos acerquen al equilibrio mental y físico.

Se calcula que más de 500 millones de personas en el mundo lo practican de forma constante, y muchos no solo han encontrado paz, sino también libertad.

Yoga, libertad

Se trata de una práctica milenaria surgida en la India que busca el bienestar físico, emocional y mental, pero para algunos el yoga es más que salud… es liberación 

«Al principio es por curiosidad, después por conocer más la disciplina como un deporte, pero ya después te das cuenta que no solo es el deporte (..) es una disciplina espiritual, mental que te ayuda sobre todo a unir tu mente con tu cuerpo en el presente, aquí, que no estés en otro lado porque lo que más anhelas estando en un centro de de reclusión es la libertad», comenta Juan José Trujillo, maestro de yoga.

Juan José no encontró el yoga en un estudio. Comenzó a practicar mientras cumplía una condena de 13 años en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en la Ciudad de México 

«Me ayudó a tener menos estrés, a tener pues más consciencia y sobre todo a tener paz interior (…) Era un hombre adicto, fui adicto mucho tiempo, rebelde, enojado con la vida».

Se calcula que más de 500 millones de personas en el mundo practican yoga de forma constante, Juan José es uno de ellos y ahora que se encuentra en libertad también comparte su amor por esta disciplina. 

«Cuando pude obtener ya mi libertad, los primeros ingresos que tuve económicamente fueron de clases de yoga (…) La maestra Luisa fue la que me contrató para dar clases en un instituto que se llama Instituto de Reinserción Social».

Hasta antes de la pandemia, Juan también daba clases en parques o deportivos. Ahora combina su actual trabajo con yoga y meditación diario.

«¿Cómo es ahora Juan José con yoga? Es más tranquilo, más tolerante, más paciente y sobre todo más consciente».

Es a través de la organización internacional sin fines de lucro Yoga en Prisiones que varias personas que viven en contexto de encierro se han acercado a ella.

«Empieza en el año 2002 en Estados Unidos, en la prisión de San Auintín, de ahí se ha expandido a 165 prisiones americanas y a más países en Canadá. En Europa están en Noruega, en Holanda, en Inglaterra en Portugal, en Francia», dice Luisa Pérez Escobedo, directora del proyecto Yoga en Prisiones en México. 

En México desde 2017 esta asociación civil da clases de yoga a mujeres y hombres de diferentes centros penitenciarios. 

«Inclusive dentro de prisión invitan a otros compañeros a practicar y les damos materiales, manuales de yoga para que ellos mismos puedan hacer su propia práctica (…) Cualquier persona que respire puede practicar yoga y no debería limitarse a solamente un sector de la sociedad que puede pagar una clase de yoga en un estudio».

Este 21 de junio se celebra el Día Internacional del Yoga.

Con información de N+ / «Al aire con Paola» / Arely Melo

Noticias relacionadas

Accesibilidad