México. – Por tercera ocasión continua, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo sus perspectivas de crecimiento para la economía mexicana en 2019.
Ahora estima un nivel de 0.5 por ciento, por debajo del cálculo realizado en mayo pasado de 1.6 por ciento y lejos del 2.5 considerado en noviembre de 2018. Para 2020, las proyecciones se redujeron de 2 a 1.5 por ciento.
De acuerdo con el documento Perspectivas Económicas Intermedias, este año el crecimiento del producto interno bruto (PIB) se ha desacelerado bruscamente en México, en parte debido a factores temporales, así como a huelgas y una mayor incertidumbre política. No obstante, la OCDE indicó que en la medida que estos factores se desvanezcan, las tasas de interés sean más bajas, las remesas permanezcan fuertes y tenga efecto el aumento del salario mínimo, esto deberían ayudar a que el crecimiento del PIB se fortalezca en 2020.
Puntualizó que este ajuste en las proyecciones se da en un contexto donde el crecimiento global se ha debilitado en medio de la creciente incertidumbre y la evolución en muchas economías de mercados emergentes también fue inferior a lo previsto, incluso en India, México y muchas naciones exportadoras de productos básicos.
La OCDE explicó que las perspectivas globales se han vuelto cada vez más frágiles e inciertas, pues el crecimiento del PIB es moderado y el comercio mundial se está contrayendo. Además, las continuas y cada vez más profundas tensiones de política comercial están afectando la confianza y la inversión, lo que aumenta la incertidumbre política y eso pesa sobre el sentimiento de riesgo en los mercados financieros.
El organismo internacional agregó que un fuerte aumento en los precios del petróleo, debido a las crecientes tensiones geopolíticas y las interrupciones en el suministro de petróleo en Arabia Saudita, también está elevando la incertidumbre y la volatilidad financiera. Es así que para la economía mundial, ajustó a la baja las proyecciones de crecimiento para 2019 en 0.3 puntos porcentuales, para ubicarlas en 2.9 por ciento; para 2020 anticipa un ligero repunte a 3 por ciento.
La OCDE considera que en las economías avanzadas, la adaptación de la política monetaria debe complementarse con el apoyo fiscal, ya que en el contexto de la desaceleración del crecimiento y la posibilidad de que la inflación permanezca por debajo del objetivo durante un periodo prolongado, los bancos centrales de las principales han flexibilizado la política monetaria o han comunicado su disposición a actuar si las perspectivas se deterioraran aún más.
Con información de Milenio.