MUNDO.- Todavía traumatizado y combatiendo en varios frentes, Israel conmemoró este lunes el primer aniversario del mortífero ataque del movimiento islamista palestino Hamás del 7 de octubre de 2023, con vigilias en honor a las víctimas y manifestaciones para exigir el retorno de los rehenes.
Mientras el país se reunía en torno a las familias afligidas y a los parientes de los rehenes retenidos en Gaza, el ejército lanzó ataques contra objetivos en el territorio palestino y contra Hezbolá en Líbano, donde el movimiento islamista aliado de Hamás dijo que Israel debería ser «eliminado».
Una multitud emocionada inició las ceremonias en Reim, el lugar del festival de música Nova donde al menos 370 personas murieron, con un minuto de silencio a las 06H29 (03H29 GMT), la hora exacta en la que comenzó el peor ataque de la historia reciente de Israel.
«El dolor no desaparece, al contrario, sólo se intensifica», dijo a la AFP Doron Journo, un hombre cuya hija Karin, de 23 años, murió en el acto.
En total, en los ataques murieron 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
Los islamistas capturaron además a 251 personas, de las cuales 97 siguen cautivas en Gaza y 34 de ellas habrían muerto, según el ejército.
El presidente israelí Isaac Herzog, que se reunió con las familias en Reim, pidió al mundo «apoyar a Israel en su lucha contra sus enemigos».
El presidente estadounidense, Joe Biden, se declaró «totalmente comprometido con la seguridad de Israel», aunque añadió que «demasiados» civiles palestinos han «sufrido durante este año».
La guerra en Gaza y Líbano va acompañada de una escalada entre Israel e Irán, aliado de Hamás y Hezbolá. Israel amenaza con tomar represalias tras el lanzamiento de 200 misiles el pasado 1 de octubre contra su territorio, desatando temores de una gran guerra regional.
Poco después del inicio de la ceremonia, cuatro misiles fueron lanzados desde Gaza, tres de los cuales fueron interceptados y otro cayó en una zona despoblada, indicó el ejército israelí. También resonaron sirenas antiaéreas en Tel Aviv tras cohetes lanzados desde el territorio palestino.
El brazo armado de Hamás reivindicó la autoría de estos disparos.
También en la ciudad de Tel Aviv, familiares de rehenes y simpatizantes se concentraron antes del amanecer para pedir el regreso de sus seres queridos, portando pancartas y carteles con sus fotografías.
Otros homenajes están convocados en otras ciudades de Israel y en todo el mundo.
En una ceremonia en Jerusalén, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel está «obligado a devolver» a los rehenes. Más tarde, afirmó que Israel está cambiando «la realidad» sobre el terreno para que no haya más ataques como el del 7 de octubre de 2023.
Ese día, comandos de Hamás infiltrados desde Gaza ingresaron al sur de Israel. Utilizaron explosivos y excavadoras para traspasar la barrera que rodea el territorio palestino y mataron indiscriminadamente en kibutz, bases militares y en el sitio del festival Nova.
En respuesta, el ejército israelí lanzó una poderosa ofensiva contra la Franja de Gaza con el objetivo de destruir a Hamás.
Desde entonces, al menos 41.870 palestinos han muerto, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás desde 2007.
En Líbano, el movimiento islamista proiraní Hezbolá abrió el 8 de octubre de 2023 un frente contra Israel en el sur, en la frontera entre ambos países, en apoyo a su aliado Hamás.
Israel desplazó desde mediados de septiembre el grueso de sus operaciones militares hacia el norte, en la frontera con Líbano, con el objetivo de atajar los tiros de cohetes de Hezbolá y permitir que regresen a casa miles de habitantes del norte.
Israel anunció el lunes bombardeos «importantes» contra Hezbolá. El ejército, que anunció la muerte de dos militares en la zona fronteriza, indicó que había enviado refuerzos para apoyar a las dos divisiones ya desplegadas allí.
Por la mañana, los habitantes del distrito de Kafaat, en los suburbios del sur de Beirut, inspeccionaban los escombros tras un impacto que dejó un cráter en el suelo, según imágenes de la AFP. En el sur del país, un ataque aéreo israelí mató a diez bomberos, informó el Ministerio de Salud libanés.
Por la tarde, la agencia oficial libanesa afirmó que la aviación israelí estaba bombardeando decenas de pueblos en el sur del país.
Hezbolá dijo que disparó «una salva de cohetes» contra las tropas israelíes en la aldea fronteriza libanesa de Maroun al Ras.
Desde octubre de 2023, más de 2.000 personas han muerto en Líbano, de las cuales más de un millar desde que se intensificaron los bombardeos israelíes el 23 de septiembre, según las autoridades.
Pese a la destrucción y los muertos, Hamás celebró el ataque del 7 de octubre, que según un alto cargo del grupo «amenazó la existencia» de Israel.
El ejército israelí dijo la mañana del lunes que había bombardeado el hospital Al Aqsa de Deir Al Balah, en el centro de Gaza, tras afirmar que albergaba centros de comando de Hamás.
En la misma ciudad, al menos 26 personas murieron en el bombardeo de una mezquita y una escuela que albergaban desplazados, según el Ministerio de Salud de Gaza.
«De haber sabido que la guerra duraría un año entero, nunca me hubiera ido del norte de Gaza», declaró a la AFP Mona Abu Nahl, una palestina de 51 años, desplazada en Deir al Balah, en el centro del enclave.
«Sentimos que el mundo se detuvo el 7 de octubre», sostuvo otra palestina, Israa Abu Matar, de 26 años.
Con información de AFP