Estados Unidos.- Tras negociar durante meses normas laborales, Estados Unidos, México y Canadá firmaron ayer una modificación al tratado de libre comercio, lo que allana el camino para su ratificación final.
Ayer, en Ciudad de México, el representante de Comercio Exterior estadunidense, Robert Lighthizer; de la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland, y del subsecretario de Relaciones Exteriores, Jesús Seade, sellaron el pacto, con lo que se espera que los parlamentos de cada país lo avalen y entre en vigor paulatinamente.
Empero, el Senado de EU no abordará el acuerdo hasta que termine el juicio político al que prevén será sometido el presidente Donald Trump, por lo que demorará hasta 2020 su aprobación en el Congreso, anticipó el líder de la mayoría republicana de la Cámara alta, Mitch McConnell.
“No nos ocuparemos del T-MEC en el Senado entre ahora y el final de la próxima semana… con toda probabilidad (la ratificación) deberá ocurrir después de que concluya el juicio político”, explicó.
Al respecto, Henry Connelly, portavoz de la lideresa de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, subrayó que no hay excusa para no ratificarlo: “Las cámaras pueden votar sobre el acuerdo al mismo tiempo, como lo hicieron en 2011 para Corea, Panamá y Colombia”.
En tanto, la Cámara baja votará la próxima semana el acuerdo para que sea aprobado antes del 20 de diciembre, cuando la actividad legislativa entra en receso por las fiestas navideñas.
Sobre la firma, Pelosi subrayó que con los cambios, respaldados por el principal sindicato de su país, el pacto es infinitamente mejor y puede recibir el apoyo del Congreso. “El acuerdo que presentamos es infinitamente mejor que lo que la administración propuso en primer lugar. Es una victoria para los trabajadores estadunidenses”, aseguró.
CESIÓN
El equipo de México admitió que cedió en cuanto al origen del acero de los componentes de la industria automotriz, pero no en la presencia de inspectores extranjeros en el país.
Seade, encargado de la negociación, explicó que el tratado contempla que durante los próximos siete años 70 por ciento de los componentes de acero del sector automotor provenga de América del Norte, algo que dificulta las cosas a México, porque importa mucho de Suramérica.
“En los espacios de negociación cada quien jala. En el tema del acero ellos querían 10 años y nosotros tres… fueron siete”, explicó en conferencia el subsecretario, quien admitió haber cedido como ocurre en cualquier negociación.
Junto al canciller mexicano, Marcelo Ebrard, Seade detalló la versión definitiva del T-MEC, firmada ayer tras un año de negociaciones para lograr el apoyo del Partido Demócrata; el acuerdo se cerró en noviembre de 2018.
Reveló que los “inspectores” que exigían los demócratas para analizar si las empresas mexicanas cumplían con el tratado y que se entendía como una violación de la soberanía mexicana, quedó “totalmente y completamente fuera”.
En su lugar se crea un mecanismo de solución de controversias que resuelva denuncias por incumplir el documento. Seade explicó que no hay “prisa” para ratificar el tratado, pues el gran objetivo de la negociación era conseguir “el apoyo de Pelosi”.
Con información de Milenio / Foto: Reuters / Edgard Garrido