MÉXICO.- Vanessa, Rodrigo y su hija, de tres años de edad, vivieron momentos de pánico cuando hombres armados los bajaron a la fuerza de su vehículo.
«No entendíamos el por qué nosotros, o qué habíamos hecho mal para que fuera hacia nosotros, estábamos en shock, nos quedamos en shock, no, no sabíamos nada, sabíamos que estábamos con vida, sabía que estábamos los tres porque desde que nos bajamos, los tres estuvimos juntos, pero no sabíamos, o sea, se nos cerró la mente», comentó Vanessa Joaquín, propietaria de vehículo incendiado.
El hecho ocurrió en la carretera a Saltillo al cruce de Chícharo. El momento quedó videograbado y se hizo viral en redes sociales durante la jornada violenta del martes en Zapopan, Jalisco.
«A la hora de que pasa esto, mi esposa se baja, la niña venía acostada en parte de atrás, jala a la niña de un pie, yo a la hora de bajar me volteo y veo que ya la traía, entonces pues ya fue vámonos (…) Todo pasó rápido, ves que se te arriman y pues no, el miedo de mi familia, qué hago, todo fue bien rápido, todo fue de que nos bajamos y pues ya, le prenden fuego al carro», dijo Rodrigo Hernández, propietario de vehículo incendiado.
Momentos antes, Vanesa había pasado por Rodrigo a su trabajo.
Luego de sacar su hija, no hubo tiempo de extraer las pertenecías que venían en el auto modelo 2002 que representaba para ellos un esfuerzo de años.
«No nada más fueron los fierros, fueron varias cosas que venimos echándole ganas para salir adelante, tanto con la semana, el mes, de años, el carro fue de años, varios detalles que se le hicieron fueron de meses, el dinero, las tarjetas, el INE, todo, el celular, todo, todo, todo, absolutamente todo se perdió (…) Llevaba comida para toda mi semana, la carne, llevaba verduras, llevaba mi ropa, había venido a lavar con mi mamá, llevaba hasta mi ropa, juguetes de la niña», contó Vanessa.
«Sí pues, es que uno ve esa situación y uno piensa en la muerte, dices, pues ya hasta aquí llegamos (…) Mucho, mucho miedo, desesperación de que les fueran a hacer algo, de que se fueran a llevar a mi esposa, se fueran a llevar a mi niña», agregó Rodrigo.
Hace un año, terminaron de dar el último abono del vehículo, que les costó 35 mil pesos.
Durante seis meses se privaron de otras cosas para tener su propio medio de transporte que, en cuestión de segundos, terminó hecho cenizas.
Con información de N+ / Julio Silva