Texto: Blanca Padilla
Morelia, Michoacán.- La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo arrastra un déficit financiero “histórico y multimillonario”. A punto de cumplir 100 años, la institución tiene una deuda cercana a los mil 110 millones de pesos, una cifra hoy impagable y que hace prever un complejo futuro.
El propio rector, Medardo Serna Gonzaléz, asegura que la máxima casa de estudios está “cada día más cerca” de escenarios como los que afectaron a la Universidad de Zacatecas, que tuvo que poner en venta su parte de su patrimonio, o la de Nayarit, que se declaró que quiebra por problemas económicos similares.
El problema no tiene solución. Por el contrario. La deuda universitaria en los últimos cinco años aumentó más de 700 millones de pesos, según declaraciones de las autoridades nicolaitas a finales de 2015.
El principal barril sin fondo que enfrenta hoy la institución se relaciona directamente con sus dos sindicatos, de Profesores (SPUM) y Único de Trabajadores (SUEUM). Las complejas negociaciones a través de las cuales, año con año, obtienen jugosas prebendas han lacerado las finanzas de la Michoacana a tal nivel que hoy casi la totalidad de sus directivos asumen que la crisis es terminal.
A la vez, esos mismos sindicatos son la piedra de tope para cumplir los parámetros que le permitirían obtener más recursos frescos.
En los últimos cinco años los tres rectores han solicitado incrementar el subsidio que la Federación y el Estado destinan. Pero para obtenerlo la casa de Hidalgo está obligada a hacer un reajuste en diversos rubros para sanear sus finanzas.
La pugna se centra en el apartado de Jubilaciones y Pensiones contemplada en la reforma a la Ley Orgánica, que hoy representan el 45 por ciento del déficit que arrastra la universidad y que los sindicatos, a través de constantes amenazas de uso de la fuerza, impiden modificar. Hasta que la máxima casa de estudios no realice esta reforma no podrá acceder a programas como el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) o programas de equipamiento en los que cada año concursan.
Hoy, en la Universidad Michoacana los mismos gremios que obtienen jugosas ganancias salariales parecen empeñarse en dejarla morir.
30 años de derroche
A finales de 2015 la UMSNH solicitó el apoyo al Congreso del Estado para pagar las prestaciones laborales y cerrar el año. A cambio, el Congreso pidió que la casa de Hidalgo entregara una propuesta de reforma el régimen de jubilaciones y pensiones, que en 30 años no ha sido modificado. La propuesta debió entregarse en marzo. Hasta ahora el Congreso no la ha recibido.
Hasta ahora la plantilla Universitaria se distribuye de la siguiente manera:
Académicos | 2 mil 864 |
Jubilados | 1 mil 174 |
Personal administrativo activo | 2 mil 23 |
Personal administrativo jubilado | 773 mil |
El déficit ha crecido debido a que cada año se jubilan más trabajadores. De acuerdo con el primer informe de trabajo de Salvador Jara Guerrero, quien el 12 de enero de 2011 tomó protesta como rector de la UMSNH sucediendo a Silvia Figueroa, en 2010 la casa de Hidalgo presentaba una déficit acumulado de 317 millones 047 mil 474 pesos. Durante 2011 se incrementó 11.39%, y llegó a 353 millones 161 mil 280 pesos.
Mientras que en el informe de 2013 de la administración de Salvador Jara Guerrero los gastos se desglosan de la siguiente manera:
Servicios Personales: $2,695,278,322.97 |
Sueldos y prestaciones: $1,792, 552, 106.15 |
Prestaciones y Jubilaciones Académico: $430,500,633.25 |
Pensiones y Jubilaciones Administrativo: $192,102,261.48 |
Honorarios: $12,326,996.06 |
Prestaciones Sociales: $225,267,371.48 |
Servicios Extraordinarios: $42,528,954.55 |
En 2014 Salvador Jara dejó el cargo para cumplir el nombramiento como gobernador interino de Michoacán. Su puesto fue ocupado por Gerardo Tinoco Ruiz, quien no entregó un informe de actividades de dicho año. En la página de transparencia universitaria un documento refiere que “no existe Informe Anual de Actividades 2014”, por haber sido ese un año de transición en Rectoría.
En el primer informe Medardo Serna Gonzaléz, quien asumió el cargo en 9 de enero de 2015, presentó un déficit de 1 mil 109 millones 167 pesos. De acuerdo con ese informe del actual rector, en el apartado de Egresos en el ejercicio 2015 se desglosan los siguientes gastos.
Servicios Personales: $2,855,007,836.54 |
Sueldos y Prestaciones: $1,856,277,985.80 |
Pensiones y Jubilaciones Académicos: $506,621,956.39 |
Pensiones y Jubilaciones Administrativos: $218,388,152.96 |
Honorarios: $12,653,250.86 |
Prestaciones Sociales: $211,677,176.93 |
Servicios extraordinarios: $49,389,313.60 |
Respecto de los presupuestos totales para la UMSNH, en 2012 fue de 2 mil 271 millones 478 mil pesos; en 2013, 2 mil 271 millones 477 mil pesos; en 2014, 2 mil 403 millones 932 mil pesos; en 2015, 2 mil 565 millones 286 mil pesos; y en 2016, 2 mil 946 millones 764 mil pesos.
El fondo proyectado para 2017 asciende a 2 mil 555 millones de pesos 656 mil pesos, lo cual representa una baja de casi 400 millones en relación al año anterior.
El presupuesto 2017 sería el primero que se reduce en cinco años. Y las consecuencias ya preocupan. Según los cálculos, los recursos ordinarios cubirían sólo hasta septiembre, y sin la reforma no podrán acceder a fondos extraordinarios.
Y mientras tanto, los sindicatos exigen cada vez más.
Malabares para cubrir el gasto
De acuerdo a la información proporcionada por la Secretaría General de la UMSNH, la mayor parte del déicit se debe al pago a jubilados.
Porcentualmente, el gasto que hoy realiza la universidad es: jubilados, 45%; bachillerato, 20%; albergues estudiantiles, 8%; Plantilla no reconocida, 17%; y Prestaciones no reconocidas, 10%. En entrevista el secretario general, Salvador García Espinosa, señaló que sólo en el rubro de pensiones y jubilaciones los dos sindicatos reciben casi 800 millones de pesos al año.
A la vez, por la gratuidad se dejan de percibir 100 mdp anualmente.
Varios de esos gastos no oficiales explican la crisis. La Secretaría de Educación Pública tiene salarios estandarizados, pero las conquistas laborales en Michoacán y en la UMSNH cuestan más. Así, en la práctica la Michoacana debe absorber onerosos gastos no considerados en el presupuesto.
La plantilla no reconocida, explica García Espinosa, se refiere al personal no registrado y corresponde a aquellos que llaman “de tarjeta o de apoyo”. Hoy se trata de alrededor de 780 personas.
También sucede con el Bachillerato. En México las universidades no cuentan formalmente con esa estructura; pero la Michoacana tiene 7 preparatorias. Todas subsisten hoy con el presupuesto que se asigna a las licenciaturas, con un gasto total de 350 millones de pesos cada año.
Los albergues estudiantiles son otro foco rojo. La universidad no contempla una partida directa para este rubro, y los recursos provienen del presupuesto ordinario. Año con año, a las 35 casas de estudiantes en las que habitan cerca de 6 mil moradores obtienen cerca de 100 millones de pesos, que cubren la manutención y el mantenimiento de los edificios (agua, luz, servicios).
Sindicatos la asfixian
Los sindicatos, hoy los más beneficiados del dinero que recibe la Michoacana, son los menos flexibles a la hora de racionalizar parte de los recursos.
Las históricas regalías contenidas en el Contrato Colectivo de Trabajo, que a veces rayan en el absurdo, se repiten o incrementan cada año. La más cuestionada de las canonjías fue la entrega, a mediados de 2016, de 135 millones de pesos al SUEUM para despensas y bonos sindicales, sin comprobación alguna.
El rector de la máxima casa de Estudios, Medardo Serna González, ha lamentado que aún no se llegue a un acuerdo con el SPUM y SUEUM para ofrecer una propuesta de reforma al Congreso, y advierte que cada día habrá mayores problemas por no modificar una ley que fue aprobada en 1986. En ese entonces, exhibe, no se estableció un fondo de retiro ni de aportaciones que previera dicha situación.
Serna González ha mencionado que desde hace un año fue solicitada la propuesta para la reforma a jubilaciones y pensiones, pero no ha se logrado el consenso con los sindicatos. La razón son las diferencias laborales entre ambos, ya que los trabajadores no se jubilan al mismo tiempo.
La Universidad Michoacana enfrenta hoy horas decisivas. Los grupos que la conforman no parecen dispuestos a ceder y la dejan cada día un poco más cerca del despeñadero; el cierre o la quiebra, antes impensados, aparecen en cada vez más voces. La Michoacana, otrora crisol de pensadores, es hoy un elefante blanco que aumenta de gravedad los ya endémicos problemas de la educación en Michoacán.