México. – “No hay que hacer una tormenta en un vaso de agua”, respondió el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa al preguntarle sobre las ultimas calificaciones que ha recibido México.
El cambio de perspectiva de la calificación crediticia de México que hizo Standard & Poor’s y la reducción de crecimiento económico que hizo esta mañana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no implican una señal de alarma para el secretario.
“Esto de las agencias hay que tomarlo con un granito de sal. No bajaron las calificaciones, sino la perspectiva. Eso es todo. No hay que hacer una tormenta en un vaso de agua”, dijo brevemente, luego de firmar un convenio de colaboración con el Instituto Nacional Electoral (INE).
El pasado primero de marzo, la agencia calificadora Standard & Poor’s pasó de estable a negativa la perspectiva de la nota soberana de México ante la posibilidad de un menor crecimiento económico.
«La perspectiva negativa refleja nuestra opinión de que los potencialmente mayores pasivos contingentes y una menor previsión de crecimiento económico podrían erosionar el perfil financiero del soberano», expuso en un comunicado el pasado viernes.
Uno de los temas que más preocupan a las calificadoras como Standard & Poor’s y Fitch Ratings sobre la perspectiva crediticia de México es la situación financiera que se le está dando a Petróleos Mexicanos (Pemex).
En el caso de Standard & Poor’s, que cambió de estable a negativa la perspectiva de Pemex, indica que percibe cierto deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la petrolera, la cual ha comprometido la recuperación de sus principales líneas de negocio.
“Consideramos que el plan financiero para restaurar los fundamentos crediticios de la petrolera es insuficiente respecto de las necesidades multianuales de inversión de capital”, expuso.
En tanto, la agencia Fitch Ratings también consideró insuficiente el apoyo financiero que dará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la petrolera por más de 107,000 millones de pesos.
“No será suficiente para prevenir el deterioro de la calidad crediticia de la compañía (…) las inversiones en exportación y producción se mantendrán presionadas y no ayudarán a mejorar la producción y la disminución en las reservas”.
Además de dichos señalamientos, la OCDE redujo su expectativa de crecimiento para México y la ubicó en 2% para el 2019; anteriormente estaba en 2.5 por ciento. Dicho pronóstico está dentro del rango que prevé el gobierno federal de 1.5% y 2.5% para el cierre del 2019. La OCDE expone que su reducción se debe principalmente a factores externos como una desaceleración económica mundial e internos como incertidumbre por ciertas inversiones que se realicen en el país.
Con información de El Economista.