MÉXICO.- Imágenes de una familia venezolana cruzando el río Bravo para alcanzar el «sueño americano» se hicieron virales.
«Se acabó, se acabó esta locura… 35 días Dios mío, 35 días».
Ese sueño que cada día se vuelve más lejano para miles de ellos.
«El sueño americano se vuelve una pesadilla americana. De verdad. Vinimos para sufrir, dejar a la familia sin nada y regresar sin nada», comenta Gerson, migrante venezolano.
Y es que llegar a la frontera norte de México no fue fácil. Muchos dicen que al salir no están seguros si lo van a lograr.
Uno de los puntos más difíciles y peligrosos es la selva del Darién que se ubica en la frontera entre Colombia y Panamá.
«De la selva nos desgastó mucho… emocionalmente, nos desgató mucho sentimentalmente porque primero, apare lo físico, que también uno va a ver cadáveres, personas muertas en el camino», dijo Enger, migrante venezolano.
Victoria y su familia llevan casi un mes durmiendo en las calles de la Ciudad de México, pero dice que ya no hay vuelta atrás.
«¿Quieren regresar a Venezuela? No. ¿Por qué? O sea, yo creo que estamos peor. Allá está peor que acá. O sea, yo creo que para nadie es un secreto todo lo que estamos pasando los venezolanos en nuestro país. Que un profesional gane tan poco, de que en un mes tú te puedas comer nada más un almuerzo o para un día una comida y no bien. No vale la pena. Yo tengo noveno semestre de Derecho y preferí abandonar y salir de mi país».
El 12 de octubre Estados Unidos puso en marcha una nueva norma migratoria en la que establece que todo venezolano que entre de manera ilegal a su territorio será expulsado hacia México.
Luego de esto, todos los días cientos de migrantes venezolanos son deportados a nuestro país, por lo que se encuentran varados en varias ciudades de las fronteras norte y sur, y otros más en la Ciudad de México.
Cientos de familias de migrantes, en su mayoría venezolanos, duermen afuera de las oficinas de la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados. Esperan ingresar, tener una cita y poder regularizar su situación en México.
La Central de Autobuses del Norte de la Ciudad de México se convirtió en un campo de refugiados. Familias enteras acampan ahí pues no tienen a donde irse.
Con información de N+ / «Al aire con Paola» / Said Ochoa