Washington, EU.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, logró la primera gran victoria de su gobierno, luego de que la Cámara de Representantes aprobó la reforma tributaria, presentada por el republicano, con la que busca impulsar el crecimiento económico y simplificar las complicadas normas fiscales.
Se trata de la mayor revisión del código tributario de Estados Unidos en 30 años, con lo que el proyecto de 1.5 billones de dólares quedó listo para que Trump lo convierta en ley con su firma.
El documento de una página fue presentado por el asesor económico de Trump, Gary Cohn, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quienes denominaron el plan como «los principios centrales»; que serían trabajados con el Congreso para alcanzar una ley que pueda ser aprobada.
Estos son los puntos clave de su propuesta:
- Reducir la tasa impositiva sobre las ganancias de las empresas a un 15%, desde un 35 por ciento.
- Recortar de siete a tres, el número de categorías fiscales para individuos.
- Disminuir la carga fiscal más elevada de 39.6% a 35 por ciento.
- Duplicar la cantidad estándar que los contribuyentes estadounidenses pueden deducir.
- Quitar el gravamen sobre el patrimonio.
- Bajar el impuesto que se aplica a las inversiones.
- Eliminar el gravamen mínimo alternativo que se enfoca en los estadounidenses de altos ingresos.
- Los habitantes de bajos ingresos no pagarían algún impuesto.
- Considera un alivio en la carga fiscal para las familias que gastan en guarderías.
Cabe recordar que las firmas estadounidenses mantienen alrededor de 2.6 mil millones de dólares en el exterior, que están libres de impuestos y que sólo pagarían tributos si son repatriados. El presidente estadounidense propone la repatriación, pero a una tasa más baja.
Ignora el déficit federal
La propuesta de Trump representa un «refrito» de una teoría económica que se popularizó en la década de 1980. En esencia, los funcionarios del actual gobierno argumentan que los beneficios de los recortes fiscales se extenderán poco a poco, a consecuencia de un mayor gasto de los consumidores y de mejores sueldos.
En teoría, este aumento en el crecimiento sería suficiente para impedir que el déficit presupuestario federal se incremente.
Algunos economistas están de acuerdo con las propuestas, pero la mayoría de los expertos en el presupuesto consideran que es improbable que ese panorama se materialice.
¿Y las importaciones?
El plan de reforma tributaria excluyó al polémico Impuesto de Ajuste Fronterizo (BAT, por sus siglas en inglés).
El BAT, propuesto por el líder republicano Paul Ryan para gravar las importaciones a Estados Unidos, forma parte de un paquete de reforma de los republicanos que contemplaba, además, la reducción del gravamen corporativo de 35% a 20 por ciento.
Durante la campaña presidencial, Trump apoyó la idea de un impuesto fronterizo, pero no endosó el plan específico de BAT de los republicanos.
Algunas de las mayores empresas de Estados Unidos, incluidas WalMart, Target y Best Buy, y otro centenar de firmas de ventas al menudeo, se pronunciaron en contra del BAT; bajo el argumento de que su aplicación puede derivar en productos más costosos para los consumidores.
Fuente: AP y Reuters vía Dinero en Imagen