MUNDO.- El volcán de La Palma (Atlántico) sigue emitiendo lava y cenizas, sin que ninguna de las diferentes coladas haya registrado avances ni ensanches significativos en las últimas horas y, aunque el tremor volcánico y los valores de dióxido de azufre y de carbono han disminuido, no parece cerca su final.
La colada que mas preocupa en estos momentos es la que se sitúa en la zona sur, que avanzó ayer unos 50 metros para quedarse en torno a 100 metros de la carretera que permite el acceso a la población de Puerto Naos, por lo cual se están evaluando rutas alternativas.
Según la última medición del sistema europeo de satélites Copernicus, la superficie afectada por la lava del volcán de La Palma es de 989 hectáreas, lo que corrige a la baja en 8,8 hectáreas su anterior cálculo.
También revisa a la baja el número de edificaciones destruidas: 2.570, que son 43 menos que lo que Copernicus había calculado en la mañana del miércoles. A éstas se suman otras 142 posiblemente afectadas.
En cuanto a las carreteras afectadas, suman 76,5 kilómetros, de los cuales 73,2 están destruidos y 3,4 con posibles daños.
El Departamento de Seguridad Nacional (DSN) señala en su último informe que el tremor volcánico ha registrado un notable decrecimiento en las últimas horas y también han disminuido los valores de dióxido de azufre y de dióxido de carbono, a pesar de lo cual ‘continúan siendo elevados’.
La detección de estos signos no implica necesariamente que esté más cerca el final de la erupción del volcán de La Palma, matizan desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
‘Todavía es pronto para anticipar el fin’, señaló este jueves a Efe Ithaiza Domínguez, sismólogo del IGN, pese a que el tremor volcánico y la emisión de dióxido de azufre (SO2) ‘han descendido a valores de mitad de octubre con la erupción de La Palma más estable’.
Son signos positivos, pero lo son, insiste Domínguez, porque disminuye la actividad respecto a los últimos diez días, cuando ‘aumentó enormemente’, pero ‘nadie ha dicho que sea al final’.
Se trata, afirma, de altibajos en la actividad volcánica que ya se han producido antes durante el proceso eruptivo que comenzó el 19 de septiembre.
Mientras, se han reforzado los medios para la recogida de ceniza y se estudia la gestión de los espacios para acumularla, al tiempo que se mantienen las recomendaciones a la población del Valle de Aridane ante la elevada concentración de ceniza.
En cuanto a la actividad sísmica, a lo largo de esta madrugada se han registrado mas de 40 sismos en la isla, de los cuales los de mayor intensidad, de entre II y III, y magnitud 3,6 se han localizado en Fuencaliente de La Palma.
Según Ithaiza Domínguez, en principio ‘parece’ que ha descendido la frecuencia de los temblores, pero los está habiendo de mayor magnitud, lo que es sinónimo de que la energía sísmica ‘sigue siendo alta’.
Con información de EFE