Ciudad de México.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó los protocolos básicos de seguridad eclesial: personal y de recintos religiosos que retoman la experiencia de muchos sacerdotes, que han sido víctimas de la violencia.
El documento, dividido en dos capítulos: seguridad personal y seguridad en recintos religiosos, surgió de un previo análisis de la realidad que detecta los riesgos que enfrentan los sacerdotes.
El secretario general de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola, dijo que es importante estar preparados para afrontar los posibles riesgos de inseguridad, que «tanto personas como instituciones pueden recibir, sólo por ser administradoras de espacios públicos que abren sus puertas a todos sin discriminación alguna».
Dijo que la eficacia del manual radica en la implementación de canales de comunicación directos y sencillos, los cuales deberán adaptarse a las necesidades particulares de cada diócesis.
«El diálogo o comunicación en los primeros minutos de un evento delictivo es vital, los criminales saben perfectamente que el éxito de sus operaciones depende de cómo aislar y cortar los canales de comunicación», puntualizó.
El documento establece protocolos de prevención y de actuación, así como anexos prácticos para ejecutar un «plan preventivo».
Por ejemplo, pide no establecer horarios fijos, que los traslados se realicen preferentemente de día, utilizar vehículos apropiados y en óptimo estado de funcionamiento o transporte público seguro, contar con celular, radio, accesorios, cargadores de energía.
Además se les recomienda «proporcionar al agresor el número telefónico de una persona que pueda negociar» en caso de ser secuestrados.
«Confiamos en Dios, que este manual sea bien recibido y utilizado como prevención por toda la comunidad eclesial», afirmó Miranda Guardiola.
Con información de Milenio.