MUNDO.- Qatar indicó el jueves que un cese del fuego en la guerra entre Israel y Hamás comenzará a las 7:00 de la mañana del viernes y que la ayuda humanitaria «entrará lo antes posible».
Majed al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, hizo el anuncio en una conferencia de prensa en Doha, Qatar.
El alto el fuego se había anticipado después que se alcanzara un acuerdo, aunque los detalles aún se estaban resolviendo durante el último día.
Al-Ansari dijo que el primer grupo de civiles cautivos será entregado alrededor de las 4:00 de la tarde, incluidos 13 mujeres y niños.
La nación del Golfo Pérsico ha desempeñado un papel clave en la mediación con Hamás.
El acuerdo para un alto el fuego de cuatro días en Gaza y la liberación de decenas de rehenes capturados por Hamás y de palestinos encarcelados en Israel parecían haberse topado con un obstáculo de última hora.
El avance diplomático promete cierto alivio para los más de 2,3 millones de palestinos que han soportado semanas de bombardeos en Gaza, además de para las familias israelíes que temen por el destino de sus seres queridos retenidos durante la incursión de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Gaza reanudó su recuento detallado de las víctimas palestinas en la guerra y reportó más de 13.300 fallecidos.
El conteo del ministerio controlado por Hamás no incluye cifras actualizadas de los hospitales del norte del sitiado enclave, donde a principios de mes se interrumpieron en gran medida los servicios y la comunicación. Unas 6.000 personas están desaparecidas y se teme que puedan estar sepultadas bajo los escombros, añadió.
Las autoridades gazatíes no distinguen entre muertos civiles y combatientes en sus datos. Israel afirma que ha matado a miles de combatientes de Hamás, pero no ha presentado pruebas.
El Ministerio dejó de hacer público el conteo el 11 de noviembre y más tarde dijo que había perdido la capacidad de obtener un dato preciso por el colapso de las comunicaciones.
El acuerdo había avivado la esperanza de poner fin a una guerra que ha arrasado amplias zonas de Gaza, alimentó un repunte de la violencia en la Cisjordania ocupada y despertó el temor a un conflicto más amplio en todo Oriente Medio.
Sonaron las sirenas en el norte de Israel el jueves y Hezbollah dijo que había lanzado 48 cohetes Katyusha desde el sur del Líbano La andanada fue una réplica a un ataque israelí que mató a cinco milicianos de Hezbollah, entre ellos el hijo del jefe del bloque parlamentario de la agrupación.
El mando militar israelí dijo que atacaba los sitios de origen de los lanzamientos. Israel y Hezbollah libraron una guerra de un mes en 2006 y han intercambiado disparos a través de la frontera desde que estalló la guerra en Gaza,
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu afirmó en una conferencia de prensa televisada a toda la nación que la guerra se reanudará una vez que termine la tregua, con el objetivo de destruir las capacidades militares de Hamás, poner fin a sus 16 años de control sobre la Franja y el regreso de los 240 rehenes que se estima que siguen retenidos en el enclave por grupos insurgentes.
«La guerra continúa. Seguiremos hasta que logremos todos nuestros objetivos», dijo Netanyahu, añadiendo que transmitió el mismo mensaje al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una llamada telefónica. Washington ha proporcionado un amplio apoyo militar y diplomático a Israel desde el inicio de la guerra.
Si se aplica, el acuerdo paralizará los movimientos de ambos bandos en un momento delicado.
Las tropas israelíes controlan gran parte del norte de Gaza y sostienen que desmantelaron gran parte de los túneles y la infraestructura de Hamás allí. El miércoles relevaron lo que calificaron como un importante escondite del grupo en un túnel bajo del Hospital Shifa. El mayor hospital del enclave ha estado en el centro de una intensa batalla dialéctica sobre la supuesta imprudencia de las dos partes al poner en peligro a la población civil.
El mando militar dijo el jueves que detuvo al director de Shifa, Mohammed Abu Selmia, para interrogarlo sobre lo que llamó las actividades «extensas» de Hamás en el hospital. El Ministerio de Salud gazatí pidió a los organismos internacionales que intervengan y dijo que dejaría de cooperar con la Organización Mundial de la Salud en la evacuación de hospitales.
Israel ordenó también la evacuación total del Hospital Indonesio, en el norte del territorio, dijo el médico Munir al-Boursh, funcionario del Ministerio de Salud en el centro, a Al-Jazeera. Los responsables del complejo estaban tratando de organizar autobuses para sacar a unos 200 pacientes, entre los que hay ancianos y menores con quemaduras. Desde hace días, los combates han arreciado en torno al hospital y cientos de personas se han ido ya al sur.
Pese a los avances en el norte, los funcionarios israelíes reconocen que gran parte de la infraestructura de Hamás sigue intacta. Israel ha amenazado con lanzar operaciones más amplias en el sur del territorio, donde los cientos de miles que huyeron del norte se hacinan en refugios gestionados por Naciones Unidas con cada vez menos alimentos, agua y productos básicos.
Para Hamás, el alto el fuego podría ser una oportunidad para reagruparse tras semanas de pérdidas aparentemente importantes. Es probable que el líder del grupo, Yehya Sinwar -que se cree que está vivo y se oculta en Gaza- presente la liberación de reos palestinos como un gran logro y declare la victoria si termina la guerra.
En virtud del acuerdo de tregua, se liberará a 50 rehenes por etapas, a cambio de, según Hamás, 150 prisioneros palestinos. Las dos partes se han comprometido a dejar ir a mujeres y niños primero, e Israel dijo que el alto el fuego se ampliaría un día más por cada 10 rehenes extra que queden libres.
El regreso de los rehenes podría levantar los ánimos en Israel, donde su odisea ha conmocionado al país. Familiares de los cautivos han organizado manifestaciones masivas para presionar al gobierno para su regreso.
Qatar apuntó que el pacto permitirá además la entrada al enclave de un «mayor número de convoyes de ayuda humanitaria», cargados también con combustible, pero no ofreció más detalles sobre las cantidades. Israel cortó todas las importaciones de combustible al inicio de la guerra, lo que provocó un apagón generalizado en todo el territorio y dejó a hogares y hospitales a expensas de los generadores.
Tres cuartas partes de los 2,3 millones de habitantes de la Franja se han visto desplazados por la guerra. Muchos, si no la mayoría, no podrán regresar a sus hogares debido a la enorme devastación y a la presencia de las tropas israelíes en el norte.
Con información de AP