MUNDO.- Más de un millón de personas, según las autoridades, se congregaron el miércoles en Kinshasa para asistir a una misa del papa Francisco, en el segundo día de su visita a la República Democrática del Congo.
A su llegada al aeropuerto N’dolo de la capital congoleña, donde se organizaba la misa al aire libre, el papa argentino saludó desde su papamóvil a la multitud que lo aclamaba con banderas y cantos tradicionales, en un ambiente festivo pero entre grandes medidas de seguridad.
Decenas de miles de fieles habían comenzado a llegar la noche del martes para una vigilia nocturna.
«Cuando el papa (Juan Pablo II) vino por primera vez, hizo historia. Tenía 15 años, hoy tengo 55 años, así que asistir a una primera misa papal es muy importante», dijo a la AFP Adrien Louka, que llegó de madrugada.
«Como nuestro país tiene muchos problemas, buscamos la reconciliación y el papa va a dar un mensaje para que los países que nos rodean nos dejen en paz», añadió este hombre, vestido con una colorida camisa con el logo de la visita papal en la espalda.
«La guerra parará (…) gracias a la oración del papa», aseguró por su parte Eulalie Nzinga, una funcionaria de 63 que también vino de madrugada para encontrar sitio en la ceremonia.
«Estoy enferma, pero sé que como el papa está aquí, todo irá bien», contó junto a su nieta de 13 años.
En su homilía en italiano, traducida al francés, el pontífice deseó primero la paz a los fieles en lingala, una de los cuatro idiomas oficiales de la RDC. Luego les instó a «no ceder a las divisiones» ante las «heridas» del país.
Francisco llegó el martes a la República Democrática del Congo (RDC), el mayor país católico de frica, en la primera etapa de una gira de seis días en el continente, que incluirá también a Sudán del Sur.
En un discurso a políticos y dignatarios en el palacio presidencial de Kinshasa, Francisco denunció el martes el «colonialismo económico» que a su juicio causó grandes daños al país.
«Este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos», expresó entre aplausos.
Pese a sus cuantiosas reservas minerales, la RDC es uno de los países más pobres del mundo, con casi dos tercios de su población viviendo con menos de 2,15 dólares por día según el Banco Mundial.
Francisco también tiene previsto reunirse en Kinshasa con víctimas del conflicto en el este de Congo, el miércoles después de la misa.
El turbulento este de la RDC está plagado por decenas de grupos armados. Desde finales de 2021, rebeldes del M23 han tomado partes del territorio oriental de la provincia Kivu del Norte.
El viaje a la RDC y Sudán del Sur estaba programado inicialmente para julio de 2022 pero fue aplazado por el dolor de rodilla del pontífice, que lo ha obligado a utilizar silla de ruedas.
La preocupación por la seguridad también influyó en la postergación y motivó la suspensión de una visita a Goma, una ciudad de más de un millón de personas fronteriza con Ruanda.
«Me hubiera gustado ir también a Goma, pero con la guerra no se puede», dijo Francisco a periodistas en el vuelo hacia Kinshasa.
El pontífice argentino urgió el martes en la capital congoleña abordar el conflicto y apoyó los esfuerzos regionales de paz.
También advirtió sobre el peligro del tribalismo y enfatizó la necesidad de invertir en educación y celebrar elecciones libres.
El miércoles, al final de la jornada, el papa pronunciará su tercer y último discurso del día ante representantes de entidades caritativas.
El papa viajará el viernes a Juba, capital de Sudán del Sur, donde pedirá por la paz en ese conflictivo país.
Se trata del viaje número 40 de Francisco al exterior desde su elección en 2013.
Con información de AFP