MÉXICO.- Cuco recorrió, literal, a pata, cientos de kilómetros, desde Chiapas hasta la Ciudad de México.
Acompañaba una caravana de migrantes que detuvo su paso en la entonces Clínica 25 del IMSS.
«Los policías nos comentaron que llegó acompañado con una caravana que veía de Comitán, Chiapas. Entonces el perro lo dejaron ahí. El señor que lo traía fue el que dijo que se llamaba Cuco», dijo José Genaro Olguín, jefe de Servicios y Administración Delegación Norte CDMX IMSS.
Pero debido a problemas estructurales, dicha clínica tuvo que ser demolida y así que la vida de Cuco pronto cambiaria.
«En un principio se tomó la decisión de buscar quien se quedara con Cuco, pero pues no, al final todos los compañeros apoyamos que se quedara Cuco y ahora es el consentido. Vive aquí en la delegación», señaló Angélica Palma, trabajadora IMSS Zona Norte CDMX.
Desde hace un año vive en las instalaciones de la Delegación Norte de la Ciudad de México del IMSS. Tiene cuidadores que lo pasean, juegan y lo alimentan. También un entrenador y decenas de personas que a diario lo miman.
En un principio su labor era sOlo acompañar a los trabajadores, pero con la pandemia de Covid-19 su trabajo cambió.
«Lamentablemente a raíz de la pandemia la donación bajó un 300 % y la gente tiene miedo de ir a donar sangre», comentó José Jenaro Olguín, jefe de Servicios y Administración Delegación Norte CDMX IMSS.
Por lo que decidieron nombrar a Cuco embajador de las campañas itinerantes de donación altruista del IMSS.
«Logramos un gran avance de donaciones con la presencia de cuco», comentó Palma.
En la reciente campaña de donación de sangre altruista en donde Cuco fue embajador, logró reunir un récord de 109 donadores en tan sólo tres días.
Pero el impacto positivo que tiene Cuco con las personas va más allá de las donaciones de sangre.
«Es un roba corazones finalmente, todas las ventanas o las oficinas que está aquí cerca de Cuco, son gente que quiere mucho a Cuco (…) sabemos el valor tan grande que Cuco dentro de la delegación y del IMSS», dijo Angélica Palma.
En entrevista con Paola Rojas, el neurocientífico, Eduardo Calixto, habló sobre los beneficios neuronales por tener una mascota.
«Desde el punto de vista de interacción dinámica conductual el proceso de tener una mascota incrementa la responsabilidad, incrementa la plasticidad sináptica, independientemente de la hora y de la edad en la que estemos y uno de los datos característicos es que cambia la liberación de una hormona que nos hace empáticos que es la oxitocina, entre más contacto tenemos con un animalito, entre más dinámica tenemos de interacción con un animalito (…) esto incrementa muchísimo la apreciación de el cariño, del afecto, del dolor por los demás y una capacidad de incremento de interacción social».
Agregó que los animales son fundamentales para que los humanos tengamos mayor empatía.
«Si tuviéramos a bien hacerlo más, si tuviéramos más mascotas, seguramente otra situación social tendríamos».
Con información de «Al aire con Paola»