MÉXICO.- Hace más de 100 años, justo en 1863, surgió la primera asociación de Fútbol.
Un deporte nacido para dominar el balón con las piernas, integrar a las personas y disfrutar más de 90 minutos de la disputa por anotar más goles entre dos equipos.
Pero varias han sido las ocasiones en México y en el mundo que esa disputa sale de las canchas.
Se ha convertido en trifulcas, ya no entre jugadores por un balón, si no entre los distintos aficionados y en ocasiones hasta policías se han visto involucrados
La violencia en los estadios y su alrededores es un tema que se vuelve recurrente.
Desde 2011 se han vivido terribles enfrentamientos en nuestro país, donde fanáticos, policías y jugadores, han salido gravemente heridos.
Enfrentamientos fuera y dentro de las canchas en México
Al menos este año, en el arranque del Apertura 2018, hasta la Jornada 5, alrededor de 74 personas fueron detenidas por incidentes violentos adentro o fuera del estadio.
Durante el juego entre Monarcas y Cruz Azul, en el Torneo de Clausura 2011, protagonizaron una pelea dentro de las canchas. Cuando el marcador estaba 3-0 a favor del Morelia, un aficionado saltó para saludar a Gerardo Torrado en tono de burla.
Sergio Martín, preparador físico del Morelia, golpeó al aficionado en la cancha y Jesús Corona le dio un cabezazo. Los ánimos entre los jugadores se encendieron, originando la disputa.
La Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) impuso sanciones a varios jugadores, así como al cuerpo técnico de ambos equipos.
En Marzo de 2014, en un partido entre Chivas contra Atlas, se vivió una de las jornadas mas violentas del balompié mexicano. Aficionados del rebaño sagrado agredieron a los demás asistentes, prendieron bengalas, arrojaron botellas de vidrio a la cancha y golpearon a policías municipales.
Al menos 20 elementos de seguridad fueron trasladados a hospitales porque presentaban heridas de gravedad.
Meses después, en ese mismo año, durante los cuartos de final del Apertura, aficionados del Atlas encararon a los jugadores de Rayados y se metieron a la cancha.
En 2015 la violencia se apoderó de nuevo en el Estadio Jalisco cuando la frustración de los aficionados del Atlas, que habían perdido por marcador de 4-1 frente a las Chivas en los cuartos de final del Clausura, protagonizaron un nuevo incidente de violencia en las tribunas. El saldo fue de 10 personas retenidas y 9 heridas.
En la Liguilla del Apertura 2016, el Clásico Nacional se salió de control cuando aficionados de Chivas se enfrentaron a policías. Hubo heridos de gravedad.
En ese mismo año, durante el Clausura 2016 los aficionados de Santos no soportaron la derrota ante los felinos y desataron una batalla campal.
Un herido de gravedad en el Clásico Regio
Los disturbios más recientes ocurrieron este domingo, previo al Clásico Regio, cuando se enfrentaron los aficionados del Monterrey y Tigres.
Algunos testigos grabaron con celulares el momento en que los integrantes de las barras «Libres y Lokos» (Tigres) y «La Adicción» (Rayados) se encontraron a varios kilómetros de distancia del Estadio Universitario.
En la trifulca participó un auto que se fue contra los seguidores de los Tigres. Un joven fue atropellado, mismo que intentó escapar, pero la afición del Monterrey lo alcanzó, golpeó e incluso apuñaló.
La víctima fue identificada como Rodolfo Manuel Palomo Gámez, de 21 años, presunto integrante de «Libres y Lokos». Los médicos del hospital Universitario de Monterrey lo reportan como grave.
Por su parte, las autoridades de Nuevo León informaron esta tarde que ya fueron identificados tres de los agresores.
La violencia grupal
En entrevista con Paola Rojas, el neurocientífico Eduardo Calixto, habló sobre cómo se genera la violencia grupal.
«No es un evento espontáneo. (…) Hay varias cosas que están atrás, entre ellos factores biológicos, psicológicos y sociales. Estas conductas se aprenden desde hace mucho tiempo».
Dijo que este tipo de actos, es la manifestación de una descomposición desde el proceso cultural – social, que se aprende en casa.
«No se tiene límites, eventualmente se van perdiendo, no hay una supervisión de las conductas de los jóvenes. Nuevamente el cerebro interpreta inadecuadamente el factor del dolor humano. No ve adecuadamente la violencia. Un violento no puede detenerse ante algo que no sabe interpretar».
Señaló que hay regiones en el cerebro que, ante tanta violencia en las primeras etapas en la vida, hacen que eventualmente no detecte el dolor de una persona.
«El cerebro violento hace violencia, normaliza violencia, no la detecta y es la única manera que tiene para manifestarse».
Para construir paz desde casa, recomienda que «a los niños que están entre los 8 años hasta los jóvenes de 14, es la etapa crítica, decirle ‘ves eso, eso no se hace’. Es darle una explicación, una retroalimentación».
«Un niño a esa edad aprende lo que ve en casa», agregó.
Con información y foto de Noticieros Televisa