MUNDO.- Los científicos que siguen de cerca la evolución de la erupción volcánica en la isla española de La Palma aprecian signos de agotamiento de los aportes de magma a mayor profundidad y que la lava que sale en estos momentos tiene un origen más superficial.
La portavoz del comité científico del Plan de Emergencia Volcánica de las islas Canarias (Pevolca), Carmen López, explicó hoy que todos los datos observables (composición química del penacho, sismicidad y deformación del terreno) apuntan a que el sistema de realimentación ‘está aflojando’ y los reservorios ‘se van haciendo menores’.
Insistió que ‘concuerdan todos los (parámetros) observables con que la parte más profunda’ de ese sistema que alimenta al volcán ‘está siendo menos activa y tiene menos capacidad de nutrir de magma, de alimentar la erupción por más tiempo’.
Uno de esos indicios es la tendencia descendente en la relación carbono/azufre del penacho, cuya última medición arroja una tasa de dióxido de azufre (SO2) de entre 16.600 y 23.100 toneladas diarias.
Los otros son una sismicidad y una señal de tremor volcánico ‘bajos’, así como una tendencia descendente en cuanto a la deformación del terreno a causa de la erupción de Cumbre Vieja, que comenzó el pasado 19 de septiembre.
Pese a todo, la portavoz señaló que ‘hay que esperar un tiempo’ a que esos parámetros de estabilidad se conviertan en tendencia y hagan prever que el final de la erupción está más cerca y recordó que hace escasos días se registró una deformación de suelo cerca de los focos eruptivos, así como sismos intensos que invitan a ‘ser cautos’.
Aunque indicadores como la deformación y la emisión de gases pueden registrar algunos picos diarios, en general todos los componentes son descendentes, lo que lleva a sospechar un cambio de tendencia en el proceso eruptivo, de acuerdo con técnicos del Pevolca.
Por otra parte, los vientos alisios continúan soplando de manera intensa durante el día de hoy, lo que favorecerá el desvío al oeste del penacho de cenizas y gases, que tiene una altura de unos 2.500 metros en disposición suroeste, un escenario favorable para la operatividad aeronáutica.
Como en días anteriores, la calidad del aire es extremadamente desfavorable en cinco municipios de La Palma por la concentración de partículas inferiores a 10 micras, mientras que la sismicidad se mantiene en valores relativamente bajos respecto a semanas anteriores.
En cuanto a las coladas, casi todo el flujo de lava está llegando a la primera -la que cayó al mar y formó la fajana o delta lávico- y también está recibiendo algún aporte la número 5, de la que aún no hay indicios de cómo evolucionará.
Ello ha hecho que varíe poco la superficie afectada por la lava, que es de 984,85 hectáreas, y que se mantenga en 3.100 metros la anchura de las coladas. En principio no se prevé más avances en esta jornada.
Las construcciones destruidas o dañadas, conforme a datos oficiales, se estiman en 1.452 edificaciones, en su mayor parte de uso residencial (1.177), mientras que 147 son agrícolas y 67 industriales.
Al respecto, hoy se comenzaron a entregar las primeras viviendas a los afectados y se empezó a planificar cómo recuperar los 64 kilómetros de carreteras afectados, que han dejado parte de la isla incomunicada.
Con información de EFE