MUNDO.- La lava del volcán de la isla española de La Palma alcanzó el lunes el mar por un tercer punto, de modo que el delta lávico generado por la erupción, la denominada «fajana», ocupa ya una superficie de 40,9 hectáreas desde la orilla.
En concreto, la lava ha seguido su avance al océano en especial por la colada 9, dijo hoy el director técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, quien afirmó que la mayor energía del magma se concentra en las coladas 4 y 7 por la zona central del área afectada.
Desde que el 19 de septiembre pasado el volcán de Cumbre Vieja entrara en erupción, la superficie afectada por la lava se eleva a las 1.034,3 hectáreas, conforme a las últimas estimaciones de las autoridades de La Palma, que detallan que el perímetro de las coladas es de 53,6 kilómetros.
Además, el catastro de La Palma cifra en 1.462 las edificaciones destruidas, de ellas 1.181 viviendas, y en 65,5 los kilómetros de vías dañadas.
Ello obligó a la evacuación de numerosos vecinos de la zona, de los que unos 480 siguen alojados en hoteles y 43 personas dependientes en centros sociosanitarios.
En cuanto a los gases emitidos, el dióxido de azufre (SO2) está entre 12.000 y 15.000 toneladas diarias, superior a los valores del domingo, pero dentro de la tendencia descendente desde los máximos de 50.000 toneladas diarias del 23 de septiembre pasado, según el Pevolca.
De hecho, la calidad del aire ha empeorado desde la noche pasada en las estaciones de Puntagorda y Los Llanos de Aridane en cuanto a dióxido de azufre, en esta última localidad también en partículas inferiores a diez micras, lo que hizo que durante diez horas la situación fuera extremadamente desfavorable al superarse los 151 microgramos por metro cúbico de aire. En el resto de estaciones de la isla, los niveles son buenos.
Al respecto, la portavoz científica del Pevolca, María José Blanco, indicó que las condiciones de inversión térmica a unos 1.600 metros de altitud no son buenas para la calidad del aire, aunque la brisa desde el este garantiza la operatividad aérea al menos en las próximas 36-48 horas.
Aunque los niveles de calidad del aire no han imposibilitado la continuidad de la actividad lectiva presencial, la situación genera ansiedad en la comunidad educativa, por lo que se van a realizar charlas en los centros docentes para atender las necesidades planteadas por las familias sobre el manejo de la situación y sus repercusiones en el ámbito familiar y escolar.
Otro de los parámetros que analizan los expertos es la sismicidad, la cual a niveles intermedios es ligeramente descendente y no hay cambios en la profunda ni en número ni en energía de los terremotos.
En las últimas horas, el sismo de mayor magnitud fue de 4,4, registrado a 38 kilómetros de profundidad y que se sintió con intensidad III.
El tremor se mantiene en niveles bajos y la columna de gases alcanza los 3.100 metros de altura.
A juicio de los científicos, la tendencia por lo general descendente de los niveles de dióxido de azufre y de los sismos a profundidad intermedia podría indicar que el sistema volcánico cada vez tiene menos energía, aunque son partidarios de esperar a que los valores se mantengan en el tiempo para augurar un próximo final de la erupción.
En la vertiente económica, el Gobierno regional de Canarias mantiene reuniones en Bruselas para asegurar el blindaje de las ayudas europeas para los afectados por la erupción, al tiempo que la Comisión Europea examina los instrumentos de que dispone para apoyar a los productores perjudicados.
Al acudir hoy a un Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea que abordó la situación en La Palma a petición de España, el titular español de esa cartera, Luis Planas, pidió que Bruselas movilice ayudas para los agricultores afectados por el volcán.
Con información de EFE