Ciudad de México.- De la larga lista negra de ex gobernadores en proceso de extradición, Tomás Yarrington es el último que falta por solucionar su situación internacional antes de enfrentar los distintos delitos que las autoridades le imputan. El ex gobernador de Tamaulipas utilizó su última carta para tratar de evitar ser enviado a México o Estados Unidos.
Acudió a la corte de casación, la instancia judicial de más alta jerarquía en Italia, para tratar de revertir el fallo del Tribunal de Apelación de Florencia, instancia que en septiembre pasado concedió su entrega a cualquiera de los países que lo requieren.
“El hecho de que todavía siga aquí significa que la corte aún no se ha pronunciado sobre el recurso presentado por la defensa”, informó a EL UNIVERSAL Luciana Singlitico, fiscal General Sustituta de Florencia.
“La decisión que adopte la corte será la definitiva. A la defensa no le queda ningún otro recurso”, agregó.
En la antesala de la audiencia de septiembre, Laura Innocenti, integrante del equipo defensor del ex funcionario, adelantó a EL UNIVERSAL que ante un hipotético escenario de extradición, su cliente preferiría enfrentar la justicia estadounidense.
La Corte Federal en Brownsville, Texas, lo reclama por delitos de lavado de dinero y tráfico de drogas. La abogada señaló: “En México no enfrentaría un proceso imparcial, por las problemáticas diversas del sistema de impartición de justicia y el hecho de que es perseguido políticamente”.
Conforme a un supuesto convenio entre la justicia de México y Washington, primero sería enviado al vecino del norte, en donde le espera un proceso por presunta conspiración criminal, tráfico internacional de drogas, lavado de dinero, fraude bancario, evasión fiscal y uso indebido de la función pública.
Posteriormente sería trasladado a su país de origen para enfrentar cargos por corrupción y tráfico de drogas. De ser condenado a prisión, purgará sus culpas en un centro penitenciario de la Unión Americana.
El ex mandatario fue detenido el 9 de abril pasado en Florencia. Cenó en la Plaza de la Signoria, punto neurálgico de la ciudad, rodeada de restaurantes típicos y tiendas de marca como Chanel, famosa por su estatua de David, su fuente de Neptuno y el museo de la exclusiva firma Gucci.
Luego se paseó por las calles de adoquín iluminadas con faroles que recrean un ambiente de extraño contubernio, hasta tomar Borgo la Croce, una vía juvenil, de heladerías, cafeterías y vida nocturna.
La despreocupada velada llegaría a su fin alrededor de las 21:00 horas, cuando la policía local le cortó el paso al llegar a la Plaza Cesare Beccaria.
Frente a un módulo digital de telefonía y a las puertas de Barone, una tienda de artículos de piel para dama, negó ser el fugitivo buscado a nivel internacional y se identificó con el nombre del supuesto empresario mexicano Morales Pérez.
El político tamaulipeco estaba prófugo desde 2012. En una conversación con El Gran Diario de México celebrada en septiembre pasado en la explanada interior del colosal Tribunal de Florencia, Tomás Yarrington Morales dijo que su padre “pasó mucho de ese tiempo en Europa”. No entró en detalles sobre los movimientos.
Justificó la clandestinidad, declaró que sus movimientos respondieron “al legítimo interés por salvaguardar su libertad y su vida, y creo que eso es entendible, él buscó siempre defenderse en libertad, porque sería mucho pedirle a alguien que renuncie a su libertad, si puede defenderse en libertad y existen los medios para hacerlo”.
Localizado en bastión de la mafia
Su última guarida fue ubicada en Paola, localidad costera de Calabria, en la provincia de Cosenza, importante bastión de la Ndrangheta, clasificada por Europol como una de las agrupaciones delictivas más poderosas y ricas a nivel global.
La organización con sede en La Haya, afirma que esta empresa delictiva goza de una posición dominante en el mercado europeo de la cocaína debido a “las excelentes relaciones con los productores” y también a su gran liquidez financiera.
Para el hijo de Yarrington el hecho de refugiarse en Cosenza fue “mera casualidad”.
Inmediatamente después de su aprehensión fue recluido en Sollicciano, una cárcel inaugurada en 1983 y conocida en su momento por introducir conceptos modernos, como es la ausencia de barras en las ventanas de las celdas.
El centro se caracteriza por sus extensas áreas verdes y sus zonas comunes, como son tres facilidades deportivas para la práctica del futbol, el rugby, el voleibol y tenis de mesas. Además, hay un gimnasio, dos teatros, un salón de juegos y dos bibliotecas en las que se imparten, entre otros, cursos de inglés y también escritura creativa.
Los internos pueden comunicarse con el exterior a través de tarjetas telefónicas autorizadas. También pueden realizar, bajo monitoreo, conversaciones en video con sus familiares a través de Skype. El complejo cuenta con 363 dormitorios equipados con inodoro, lavabo con agua fría y un calentador. El último reporte del Ministerio de Justicia contabilizó una población de 744 internos.
Estadía tranquila
Según informó su hijo en su momento, “Yarrington Ruvalcaba ha sabido adaptarse perfectamente a la vida en Sollicciano y ha pasado su estadía tranquilo.
“A lo largo de su estadía, ha hecho amistades con otros internos, procurado mantenerse en forma a través del ejercicio físico y recibido visitas regulares de su familia, que ha sido clave en la parte anímica”.
Yarrington Morales afirmó que su padre es inocente y califica las acusaciones de “excesivas”, “falsas”, “absurdas” y “amplificadas por un ambiente político enrarecido”.
El familiar del ex gobernador aseguró que utilizará el banquillo de los acusados “para limpiar su nombre”.
Fuente: El Universal