Hay una noche especial en el Pueblo Mágico de Huamantla, Tlaxcala: la Noche que nadie duerme, que transcurre del 14 al 15 de agosto. Noche de devoción y fiesta. Pero también de hermosos tapetes de colores.
¿Por qué se celebra?
Durante la Noche que nadie duerme, los huamantlecos sacan de su basílica a la Virgen de la Caridad y en procesión la llevan por el pueblo.
El paseo de la Virgen de la Caridad (que en realidad es Santa María de la Asunción rebautizada) se realiza sobre bellísimos tapetes de aserrín, arena y flores.
¿Cómo se hacen los tapetes?
Desde tres meses antes inicia la preparación de moldes y materiales. La meta es tapizar más de siete kilómetros de calles. Cada tapete mide, en promedio, 100 ms de largo por 7 m de ancho. Aquí se muestra la creatividad de sus autores, que ponen lo mejor para lograr el mejor tapete.
Se hacen con aserrín pintado con anilina, arena y flores. Tienen dibujos de flores, marcos, grecas, aves y hasta imágenes de la Virgen. En general son figuras tradicionales, aunque de pronto sorprende algún motivo moderno.
¿De dónde vienen?
La tradición viene desde 1870. Antes eran alfombras sencillas, con grecas y alegorías cristianas. Se usaban flores silvestres como trompetilla, campanita café y morada, o de cultivo como margaritas y crisantemos. Con el tiempo, las familias empezaron a cultivar flores para colaborar con los tapetes.
Desde la noche anterior se ponen a lo largo de todo el pueblo. A las dos de la mañana del 14 deben estar listos, porque es cuando la Virgen inicia su paseo, que suele durar más de siete horas.
La Noche que nadie duerme, sus alfombras y tapetes, fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Tlaxcala en 2013.