Algunos productos agrícolas mexicanos ofrecen un espectáculo digno de presenciar desde que están siendo cultivados. Te decimos cuáles son y dónde puedes verlos crecer.
1. Paisaje agavero, Jalisco
Transitar por la carretera federal 15, en su tramo que va de Guadalajara a Tequila, implica encontrarse con uno de los panoramas más hermosos de México, la vista no alcanza para admirar los miles de agaves sembrados, unos detrás de otros, que parecen un mar azul de espinas.
El paisaje agavero, que dota la materia prima para la elaboración del tequila, comprende los municipios de Magdalena, Amatitlán, El Arenal, Tequila y Teuchitlán. Desde 2006 entró en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
2. Ruta del Cacao, Tabasco
Las culturas prehispánicas creían que el cacao era un regalo de los dioses y, para conocerlo desde sus inicios, nada mejor que recorrer algunos puntos del estado de Tabasco.
El itinerario comienza en Comalcalco, donde hay plantaciones del árbol del cacao y se puede observar el procedimiento de su cultivo y quiebra de la mazorca. En la región de Chontalpa conviven la selva original y la domesticada, aquí se inauguró el Museo del Cacao y el Chocolate Dr. Otto Wolter Hayer, donde el visitante elabora sus propias tabletas de chocolate.
3. Flores, Estado de México
Por la antigua carretera que va a Ixtapan de la Sal se llega a Villa Guerrero, en el Estado de México. Mientras uno se acerca, no queda duda que el destino del viaje está cerca porque comienzan a aparecer una impresionante cantidad de invernaderos que cubren el paisaje de flores. Las hay para todos los gustos: gerberas, lilas, gladiolas, aves del paraíso y, por supuesto, rosas.
A 11 kilómetros de ahí, se encuentra Tenancingo, otro de los lugares líder en la producción y venta de flores. En este pueblo, está el Mercado de la Flor donde se pueden adquirir ramos por menudeo y a muy buenos precios.
4. Ruta del café, Veracruz
¿Qué hay detrás de una taza de café?, en Veracruz te lo dicen. La capital del café es el Pueblo Mágico de Coatepec, se cree que la primera mata de este grano se sembró en una hacienda que todavía existe y se puede visitar, la de Zimpizahua,
Tan sólo al caminar por el pueblo se puede conocer las variedades y proceso de preparación.
En la ciudad de Córdoba está la Hacienda de Guadalupe, que permite tener contacto con las matas y el grano verde y también hay un Museo del Café.
En San Bartolo, existe la posibilidad de entrar en un taller e involucrarse en el proceso cafetalero.
5. Ruta de los viñedos, Baja California
Al norte del estado de Baja California, se encuentran más de 65 vinícolas entre las cuales hay algunas con premios internacionales. Los valles que comprenden esta ruta son los de Guadalupe, Calafia y San Antonio de las Minas. Generalmente se encuentran viñedos conformados por uvas como chenin blanc, chardonnay, cabernet, entre otras.
Aquí se pueden visitar desde pequeñas bodegas familiares hasta productores a gran escala. Los tours armados para conocer esta ruta suelen incluir una visita al Museo de la Vid y el Vino, dos vinícolas para poder comparar procesos y comida.
6. Viaje al centro de la vainilla, Papantla, Veracruz
La vainilla en realidad es una orquídea, el mito de su creación se remonta a tiempos prehispánicos cuando se supone que una princesa intentó escapar con un príncipe y ambos fueron decapitados, él se convirtió en árbol y ella en vainilla.
Para acercarse a este producto, el mejor lugar son los alrededores de Papantla, la legendaria ciudad de los hombres pájaro.
En el centro de este Pueblo Mágico venden varias artesanías derivadas de la vainilla, como cofres, plumas y fragancias para la casa. De hecho, el templo principal, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, está adornado con motivos en madera en forma de dicha orquídea.
En el Ecopark Xanath, ofrecen recorridos para conocer los plantíos en su entorno natural y convivir con los artesanos de la zona.
7. Los guayabales, Calvillo, Aguascalientes
Este Pueblo Mágico es conocido como La Capital Mundial de la Guayaba, porque la siembra de dicho fruto es el eje de su economía. Este lugar posee seis haciendas de las cuales se pueden visitar dos, la del Sauz y Vaquerías. También cuenta con las presas de Malpaso y la Codorniz en las que hay puestos de comida y zona de campamento.
En el pueblo, hay que hacer un recorrido por el Centro Histórico y alguna de las fábricas de guayaba, donde se conoce el proceso para transformar el fruto en ricos dulces y hasta licores.
Para quienes quieran llevar la experiencia al extremo, pueden visitar la Quinta Granados, un lugar donde el menú está basado en el producto regional, a tal grado que hay una pizza de guayaba con queso local.
8. Boque de Arce, Talpa, Jalisco
Nos quedaba la duda sobre si recomendar este lugar porque en realidad el arce de aquí no se utiliza para hacer miel, sin embargo, es tan bonito que decidimos correr el riesgo.
Es un área protegida porque el arce es un árbol en peligro de extinción y la zona tiene una riqueza biológica similar a la de los ancestrales bosques de Asia. Los maples comparten hábitat con otras especies como oyameles, magnolias y helechos arborescentes.
Se está haciendo un gran trabajo para conservarlo a tal grado que se entra con un guía y sólo se puede deambular por un sendero delimitado, para evitar que la presencia humana degrade a las especies.