México. – El principal atributo del remake de ‘Aladdin’ es justo regresar el foco a este azul personaje, y darle un nuevo giro gracias al carisma de Will Smith.
Si bien formó parte de la era conocida como el renacimiento de Disney, Aladdin definitivamente marcó época al convertirse en una de las películas más taquilleras y una que se quedó grabada en la memoria; mucho por la icónica interpretación de Robin Williams, quien diera vida al Genio. El principal atributo de este remake es justo regresar el foco a este azul personaje, y darle un nuevo giro gracias al carisma de Will Smith. El actor que alcanzara la fama como el protagonista de El Príncipe del Rap, conserva parte del encanto y humanidad que le imprimió Williams, pero lo dota con nuevos chistes, ritmo, diálogos e incluso, algo de rap.
Otro de los elementos más destacables de la película es Naomi Scott, quien da vida a Jasmín. En términos de guion a la joven se le da una nueva motivación: desea ser sultán para ayudar a la gente de Agrabah. Hay un impedimento: por ley, solo un hombre puede ocupar este puesto. En este sentido, la manera en la que Jafar la ningunea genera que Jasmín exprese su frustración en un nuevo tema: “Speechless”, escrito por Alan Menken y Benj Pasek y Justin Paul (compositores ganadores de La La Land, Dear Evan Hansen y El gran showman) y que resulta un gran momento gracias a la privilegiada voz de la actriz que próximamente estelarizará Charlie’s Angels.
En términos de producción, esta versión live-action se eleva gracias al trabajo de un gran equipo: Michael Wilkinson en los vestuarios, quien crea nuevas propuestas con telas auténticas de Medio Oriente, Turquía y Pakistán; además de que eligió colores enérgicos para los vestidos de Jasmín; con el diseño de producción de Gemma Jackson, quien hace de Agrabah un lugar mágico, pero que se siente familiar y a las coreografías de Jamal Sims, que se luce especialmente en “Prince Ali». Solo este número, requirió de 250 bailarines, 200 extras, 7 cámaras, 5 días y un camello de 9 metros de altura, hecho de flores.
Orquestando todo está Guy Ritchie (Sherlock Holmes), quien imprime su sello particular a esta entrega. Al final, la única forma de hacer Aladdin era honrar la versión original dotándola de elementos que la elevaran; y este ‘mágico deseo’ se cumple.
Con información de Milenio.