Nueva York. – La estatua dedicada a Cristóbal Colón está oficialmente protegida de algunos vecinos y grupos cívicos que la ven como un símbolo racista.
El momento del explorador genovés acaba de ser incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos, lo que significa en la práctica no podrá ser retirada del lugar que ocupa en la plaza en la esquina suroeste de Central Park, frente a las torres de Time Warner.
La figura del marinero italiana genera polémica más de 500 años después de su muerte. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tuvo que incluir hace un año la escultura en un examen para determinar si representaba un «símbolo de oído», a raíz de que varias ciudades retiraron memoriales confederados por los incidentes raciales en Virginia.
En enero se decidió que se quedaba dónde estaba en la plaza de Columbus Circle pero para tener plenas garantías, debía ser declarada monumento federal. Esa designación ya la tiene. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aplaudió la decisión de incluirla en el registro nacional porque considera que la estatua representa “un tributo” a las diferentes maneras en las que los vecinos del Empire State acogen a los inmigrantes que llegan desde todos los rincones del mundo.
Aunque la estatua de 23 metros de altura permanecerá en su plaza a los pies de Central Park, ya se decidió que deben incorporar nuevos elementos informativos que permitan explicar al público lo que representa en la historia de EE UU. Además, se encargó la instalación de otro monumento en la ciudad dedicado a reconocer a los pueblos indígenas para así mantener una conversación colectiva para superar los prejuicios y fomentar el entendimiento mutuo.
La decisión llega después de la polémica que provocó la retirada de otra estatua de Colón del principal parque de Los Ángeles, el pasado 10 de noviembre, con la argumentación de que el almirante, que llegó a América en 1492, fue «un genocida» de las tribus indígenas, en una campaña liderada por el concejal Mitch O’Farrell contra los símbolos de la conquista española. Aquel hecho motivó que este diario preguntase a una decena de historiadores, españoles y americanos, si realmente puede considerarse a Colón un genocida.
Con información de El País.