Tamaulipas. – El Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo denunció que la muerte de ocho personas, que fue presentado por el gobierno de Tamaulipas, el jueves pasado como resultado de un enfrentamiento entre civiles armados y policías del estado, se trató en realidad de una ejecución extrajudicial.
A las 4 de la mañana del pasado 5 de septiembre, agentes del Centro de Análisis, Información y Estudios de la Policía de Tamaulipas sacaron a Fernando Hernández Viesca de 19 años de edad, del domicilio marcado con el número 649 de la calle Jesús Guajardo, en la colonia Buenavista de Nuevo Laredo.
Minutos después, otros tres hombres y tres mujeres fueron sacados por los agentes de sus departamentos en el 6836 de la calle Héroe de Nacataz, de la colonia Buenos Aires. Los agentes viajaban a bordo de un convoy de camionetas blancas.
“Se llevaron a tres muchachos, a cuatro en total con la pareja del muchacho que se llevaron”, apuntó Jennifer Campillo, vecina.
Al amanecer de ese 5 de septiembre, las autoridades de Nuevo Laredo informaron de un enfrentamiento en la colonia Valles de Anáhuac, entre elementos de inteligencia y de la policía estatal, con presuntos integrantes del Cártel del Noreste, que dejó como saldo cinco hombres y tres mujeres abatidos, el informe oficial indica que los civiles armados vestían uniformes similares a los de las fuerzas armadas y que se aseguraron una camioneta Tundra color negro sin placas con blindaje casero, 15 armas largas y una corta.
Testimonios obtenidos por En Punto denuncian que en el lugar no hubo un enfrentamiento, sino una probable ejecución extrajudicial. “Como balacera que se hayan oído, no. Yo creo no que les dieron tiempo de tirar, no sé. Al último nada más se oía pum pum pum”, recordó un testigo.
El domicilio del supuesto enfrentamiento se ubica en la esquina de las calles 10 y 7 de valles de Anáhuac. Es propiedad de Severiano Treviño, empleado de una empresa de refrescos. Ahí también vive su hija Kassandra y la bebé de ella, de dos años de edad. En su testimonio, Kassandra asegura que, por tener a su bebé en brazos, le perdonaron la vida esa mañana.
“Estábamos dormidos, eran las 7 de la mañana, casi iban a ser las 8 cuando de repente tumbaron la puerta y mi papá corrió conmigo y con la niña cuando lo regresaron a golpes pa´tras. Yo me iba a salir cuando se metieron 5 conmigo pa´l cuarto. Me decían que me tapara la cara y a mi apá lo tenían en la cocina golpeándolo y le decían que sacara las armas, que sacara las armas y mi papá le decía ‘no, señor; yo no sé de qué está hablando, yo trabajo en la Coca, tengo mi gafé, tengo mi uniforme’ y le decían que no se hiciera pendejo, que las sacara y lo estaban golpeando en la cocina”, compartió Kassandra Treviño.
Según el relato de Kassandra, los agentes vestidos con ropa de color negro y armas largas no se identificaron ni mostraron orden de cateo al llegar a este domicilio. Agregó que a Severiano lo sacaron de la casa en playera y chanclas y lo vistieron con ropa tipo militar. “Yo vi cuando le pusieron el pantalón, las botas y le pusieron casco. Un casco negro le pusieron”, narró Kassandra.
Entre los otros detenidos en la madrugada de la colonia Buenos Aires y que luego fueron encontrados muertos en el lugar del presunto enfrentamiento, estaba Jennifer, estudiante del Estado de México y recién llegada a Nuevo Laredo con su novio. Ninguno de los dos tenía antecedentes penales. Sus familiares identificaron los cuerpos el fin de semana. Otra chica que, de acuerdo con las autoridades, era parte del grupo criminal, era Juana Yetzel, sexoservidora de 20 años y con dos hijas, que llegó proveniente de Frontera, Coahuila.
“Tres balazos nada más pero no seguido. Como ráfagas no. Nomás como cuando golpean la puerta así juerte. Un calibre juerte. Primero se oyó uno luego se oyó el otro y luego el otro”, comentó una mujer.
“Yo estoy segura que si ustedes entran y miran cómo quedó la casa y mi hermano, por dentro, ustedes nos van a dar la razón, que no fue ningún enfrentamiento”, comentó Azucena Treviño, hermana de un ejecutado.
De la camioneta asegurada, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo afirma que el vehículo fue arrastrado por una grúa de tránsito municipal hasta el lugar del supuesto enfrentamiento a las 06:39 horas de la mañana. En realidad, la camioneta se encontraba en la cuadra 68 de la calle Madero. Esto es a cinco kilómetros de distancia.
Los videos muestran a la grúa arrastrar a la camioneta y cruzar por las colonias Buenavista, Bellavista, Nueva Era, Los Arcos, Reservas Territoriales y finalmente Valles de Anáhuac. Iba escoltada por al menos cuatro camionetas y cuatro camiones blindados de la Policía estatal, así como tres vehículos militares con los números económicos 0916312, 0916324 y 0916593.
Con información de Noticieros Televisa.