México. – La administración del presidente Donald Trump ha puesto sobre la mesa de negociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) “demandas extremas” en materia laboral, que no son aceptables, afirmó el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El organismo empresarial no especificó esas demandas, pero durante las negociaciones legisladores de Estados Unidos han propuesto que inspectores de su país verifiquen presencialmente en las fábricas de México el cumplimiento de los compromisos laborales establecidos en el T-MEC.
Este punto ha sido trazado como una línea roja tanto por Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, como por el propio CCE. En ese contexto, México solicitó la mediación de Canadá para llegar a un punto de equilibrio en las demandas de Estados Unidos sobre el ámbito laboral que se establecerían en el T-MEC.
A la vez, el senador republicano Chuck Grassley señaló que, para poder aprobar el tratado este año, es necesario que se logre un entendimiento antes de que termine la presente semana. Entre otras razones, la oposición mexicana a la propuesta estadounidense está básicamente centrada en impedir una medida extraterritorial.
En su diálogo permanente este domingo y lunes con los negociadores mexicanos del T-MEC, encabezados por Seade, el CCE tuvo conocimiento de que el gobierno de Estados Unidos presentó recientemente propuestas de enmienda al T-MEC.
“Damos la bienvenida a cambios que fortalecerían el acuerdo, como la solución al añejo problema del establecimiento de paneles en el marco del mecanismo de solución de controversias Estado-Estado.
“Sin embargo, observamos con gran preocupación que existen algunas demandas, en materia laboral, que resultan extremas y son totalmente inaceptables. Éstas podrían afectar severamente la competitividad de México y de sus socios en América del Norte”, refirió en un comunicado el CCE.
Según el CCE, dichas propuestas pretenden, a partir de eventos aislados, afectar las cadenas de suministro creadas en la región en los últimos 25 años.
“Tenemos la percepción de que algunos actores estadounidenses están tratando de presionar para que no haya un acuerdo”, agregó.
“El respeto a la soberanía de México no es negociable. El gobierno mexicano tendrá nuestro apoyo para generar contrapropuestas y mantener una postura firme en defensa de la competitividad de nuestro país”.
Durante la visita que realizó Seade a Ottawa este viernes, donde se reunió con los negociadores de ese país, se dio a conocer que México solicitó la mediación de Canadá. “No estamos preocupados, todo lo contrario. Les damos la bienvenida”, dijo Seade sobre posibles cambios laborales. “Es algo que debe hacerse de manera equilibrada, de buena manera y con Canadá presente”.
Algunos miembros del Congreso estadounidense propusieron agregar un sistema de inspección laboral dentro del T-MEC, para garantizar una mejor aplicación por parte de México. Una propuesta exige inspecciones de fábricas sospechosas de violaciones laborales y posibles acciones punitivas a través de la denegación de beneficios arancelarios para envíos desde instalaciones.
México se opone a la reapertura de las negociaciones sobre el capítulo laboral. Ambos países han enfatizado que las preocupaciones a largo plazo sobre la aplicación efectiva de las normas laborales podrían abordarse a través de la cláusula de revisión por extinción del T-MEC, que requiere una revisión de seis años del acuerdo.
En agosto, México tomó medidas adicionales, estableciendo un grupo de trabajo con Canadá para reunirse trimestralmente para ayudar a garantizar la implementación de los compromisos laborales del T-MEC. Luego, a principios de octubre, Andy Levin, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, propuso que se implemente la reforma laboral de México en al menos 500 fábricas antes de la ratificación del T-MEC.
Con información de El Economista.