ESPAÑA.- Girona se cobró la eliminación en Copa con una victoria por 1-2 sobre el Real Madrid en el encuentro disputado este domingo en el Santiago Bernabéu y que devuelve al conjunto merengue a su realidad: a nueve puntos del líder y prácticamente fuera de la pelea por la Liga.
Real Madrid necesitaba poco para seguir en racha. Orden en el juego, suficiente tino para irse con una victoria por la mínima y seguridad en defensa. Pero para un equipo acostumbrado al golpe de efecto con victorias contundentes y cierres épicos, es demasiado pedir que sepa jugar a cuidar un pírrico 1-0.
Madrid tiene otras mañas. La de jugar al borde del precipicio, no.
El equipo merengue lo tiró todo por la borda al minuto 65 cuando Sergio Ramos regaló un penal por una mano en el área. Fue un mero reflejo, algo de torpeza incluso, pero le pudo haber costado una Liga al Real Madrid.
El central debía saberlo, como también muy a su pesar el arquero Thibaut Courtois. Girona, que ya le plantó cara a los otros dos ‘grandes’ en la Liga, no iba a perdonar.
Chistian Stuani batió al arquero belga desde los once pasos y con ello acabó con cualquier esperanza para el Real Madrid de llegar al clásico del 2 de marzo con opciones reales de dar alcance al Barcelona.
El tanto fue un jarro de agua fría para el Madrid, pero no una sorpresa. Lo había hecho todo para que Girona pusiera el 1-1 en el marcador.
Casemiro había abierto el marcador antes de que cumpliera media hora y no sin un gran esfuerzo por parte del equipo merengue.
Sin Modric, descansando en el palco, Vinicius Júnior o Gareth Bale, las opciones del Madrid pasaban por lo que Lucas Vázquez o Marco Asensio pudieran hacer por las bandas para ponerle balones a Benzema.
Los españoles daban profundidad por banda, el problema era que enfrente tenían a un equipo que sabe replegarse bien sin encerrarse demasiado y cortaba cada uno de sus avances.
Tampoco Ceballos lograba abrir el cerco y Kroos no podía con todo solo. A la enésima llegada sin haber disparado una sola vez, el alemán optó por poner un balón aéreo al borde del área y que Casemiro, en el salto, hiciera el resto.
Desde ese momento el Madrid se convirtió en ese grupo pequeño que asegurado el 1-0, se dedica a cuidarlo, más que a intentar ampliar el resultado. Y así le fue, porque en cuanto se vio con espacio para recuperar terreno, Girona en pleno se lanzó sobre Courtois.
El bombardeo llego a tal punto en la segunda mitad que Sergio Ramos, en su desesperación, metió la mano sin pensar. Caía el 1-1 en un penal y con él un incomodísimo silencio en las gradas.
El empate ya era malo, puesto que devolvía al Madrid al tercer lugar y hacía de la victoria sobre el Atlético una anécdota. Diez minutos después cayó la noche.
Portu aprovechó un balón suelto en el área y una mala salida de Courtois para poner el 1-2 con un cabezazo.
Girona, en plan gigante, afrontó el resto del partido con la actitud del ganador. Del que lo intenta todo para ampliar su ventaja y cuando no puede, meter hasta las uñas para evitar el empate. Con una defensa con oficio y pensando con frialdad.
Madrid no encontró como devolver el golpe ni teniendo a Vinicius, Mariano y Bale en la cancha en la recta final. Y no solo eso, acabó por dispararse en el pie cuando más apretaba a Bono en el momento en que al filo del 90′, Sergio Ramos vio su segunda amarilla por juego peligroso al intentar rematar con una chilena en la cara de un defensa.
Con información de ESPN / Foto: www.realmadrid.com